Persiguiendo un sueño desde Nigeria
Conocer a Víctor Oke es conocer de cerca la fe y la motivación. Este nigeriano enamorado del fútbol pasó toda la temporada pasada observando desde la valla de Abegondo cada movimiento que el Dépor hacía en sus entrenamientos. Primero con Fernando Vázquez y, después, con Rubén de la Barrera. Y es que aunque él trabajaba como entrenador personal de Uche Agbo, su mayor sueño era dirigir desde un banquillo.
Víctor sufría viendo como el Deportivo no era capaz de conseguir los objetivos marcados y yo muchas veces pensaba que ojalá estuviese él allí dentro del campo motivando. Y es que sus palabras transmiten pasión, superación y no contemplan la opción de rendirse. Tengo que reconocer que yo, en su caso, ya me hubiese rendido pero cuando me hablaba de su sueño nacido como él, en Nigeria, Victor insistía que había "tiempo de siembra y de cosecha, que hay gente a la que su tiempo de siembra le dura más que a otra y cuanado uno sabe esto, sabe dónde está y mantiene la ilusión de seguir peleando por sus sueños y sus objetivos".
Unos objetivos que al principio de la vida de Víctor chocaban con los de su padre. "Cuando era niño me encantaba jugar, ver partidos, leer sobre fútbol pero no pude jugar en un club hasta que tenía 14 años porque mi padre no me dejaba. De hecho jugaba en las calles, en la iglesia y mis colegios", nos confiesa Víctor desde Alicante. En esta ciudad, Víctor entrena actualmente al Cadete B del CFI Alicante pero antes de llegar hasta aquí recorrió un sacrificado camino por diferentes puntos de España. Aprendió muy rápido el idioma y alternó diferentes trabajos con su preparación como entrenador además de jugar en varios equipos de hasta Tercera División.
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Bienestar para los demás
Precisamente cuando jugaba al fútbol, Víctor echó muchas veces en falta una mayor comprensión por parte de alguno de sus entrenadores y, por ello, lucha cada día porque los chicos a los que entrena consigan a su lado confianza y bienestar porque eso se traducirá también en un mejor rendimiento sobre el campo. La comprensión de sus jugadores con y sin balón es para Víctor un requisito indispensable para entrenar. Así lo hizo durante su etapa en el Rayo Vallecano en la que conoció al exjugador del Dépor, Uche Agbo. También allí cogió recortes de otro exdeporvista y ahora entrenador, Paco Jémez. Así me lo transmitía con ilusión desde aquella valla de Abegondo que también dejó huella para un Víctor que confía en el ascenso del Deportivo.
"Me encanta Quiles", me comenta al tiempo que añade que "Noel López escribirá su nombre en el de la historia del fútbol español". Un fútbol que Víctor cree que merece contar con el Dépor más arriba. "Tienen que ascender sí o sí". El que no cabe duda que va ascendiendo y cumpliendo objetivos es el propio Víctor. Sigue formándose preparando el nivel 1 mientras entrena con la mayor de las ilusiones a los cadetes del Alicante. El fútbol es su vida. "I love football, football loves me" es su lema. El balón está en sus pies y en su mente a todas horas y Víctor quiere seguir transmitiendo esa pasión. "Gracias a Dios no me rindo porque tengo mis sueños escritos hace muchos años y para cumplirlos es necesario superar las adversidades, desafios y tribulaciones".