Sebastián Abreu, más 'Loco' que nunca: el ex del Dépor regresa de su retiro para jugar al baloncesto
Nunca antes un apodo futbolístico tuvo tanto sentido como tildar a Sebastián Abreu del 'Loco'. El ex del Deportivo ha hecho otra de las suyas. Si su último retorno tras retirarse, con 45 años, se escapaba de la lógica, esta vez ha querido superarse a sí mismo. El trotamundos hecho jugador ha decidido cambiar de disciplina. Vuelve por enésima vez, pero esta no será con el balón en los pies. Abreu está de vuelta para jugar al baloncesto.
Sí, al baloncesto, su otra gran pasión. Una deporte que abandonó para centrarse en el fútbol y que ahora quiere retomar en una liga amateur. El exjugador del Real Club Deportivo La Coruña sigue ampliando su leyenda tras haber pasado por más de 20 entidades de fútbol. A partir de ahora habrá que distinguir las de balompié de las del básket.
Según informa KodroMagazine, el 'Loco' está de regreso. Jugará con el Trouville un torneo para mayores de 45 años de la Unión de Veteranos. "Está con ganas de jugar, ya nos lo había comentado en la fiesta de los 100 años", comenta Diego Cladera al mismo medio citado.
Los datos de un loco legendario
Sebastián Abreu disputó 26 temporadas como profesional del fútbol. Su último encuentro fue en 2021, con Sud América, en su país natal. Ha disputado -bajo registro- 851 partidos oficiales, anotando 432 goles y defendiendo, en total, a 31 equipos profesionales. Además, ha sido una de las grandes leyendas uruguayas del Siglo XXI, con 70 internacionalidades celestes.
La salida del loco Abreu del Deportivo
El 'Loco' estuvo en el Deportivo de La Coruña, en la temporada 2003/2004, . El futbolista confesó en una entrevista para EFE que no se consiguiera adaptar al Deportivo en aquella época. Sin embargo, guarda con buen recuerdo su paso por el cuadro coruñés. Prueba de ello es la historia que compartió en redes sociales. Además, confesó lo siguiente en aquella entrevista: "Recuerdo experiencias lindas por más que en el momento eran feas. El fútbol español era súper profesional y allí el goleador tenía que exigirse igual que el que no había sido citado y yo venía de una cultura en la que el goleador era el mimado".