El peor hábito del 'Loco' Abreu en A Coruña: "Comía bandejas y bandejas de marisco todos los días"
-
Abreu cree que el Dépor le preparó para el fútbol profesional
-
El uruguayo admite uno de sus malos hábitos
De la treintena de equipos en los que ha militado Sebastián 'el Loco' Abreu, el Deportivo de la Coruña será uno de los más destacados. Principalmente, porque fue el club que le permitió dar ese salto a Europa que tantos futbolistas sudamericanos ansían y que su yerno, Santiago Colombatto, está viviendo ahora en el Real Oviedo.
El delantero nunca ha pasado inadvertido en su carrera. En la retina de todos los uruguayos y de muchos futboleros está ese penalti a lo Panenka que selló la clasificación de 'La Celeste' a las semifinales del Mundial de Sudáfrica, y su carácter excéntrico deja una innumerable cantidad de anécdotas que se extienden a lo largo de toda su carrera.
En una entrevista concedida a Relevo ha desvelado uno de los hábitos que le lastraron en su etapa en el Dépor. "Comía marisco todos los días. Un restaurante me ponía bandejas de langostas, mejillones, camarones... Me hacían estudios y salía un porcentaje elevado de grasa".
De hecho, cree que su paso por A Coruña fue un "golpe de realidad" que le sirvió "para entender que debía cambiar muchos hábitos si quería ser futbolista profesional". Unos hábitos que jugadores como Paco Jémez, Mauro Silva o Donato le ayudaron a corregir.
Abreu se ofrece para ayudar al Dépor
Tras colgar las botas y un efímero paso por el baloncesto, Abreu se pasó a los banquillos. No con mucho éxito, puesto que al Always Ready de Bolivia le dirigió durante cuatro partidos antes de dejar el club por motivos personales y el Universitario Cesar Vallejo de Perú le destituyó el pasado 30 de agosto.
Igual que varios de sus excompañeros que han tenido éxito como entrenadores, Abreu se pone a disposición del Dépor para ayudar en lo que haga falta. "Por el momento en el que está, me gustaría ir a ayudar. Porque cuando están bien, todos quieren. Hablo mucho con Mauro Silva y queda feo ofrecerse. Otra cosa es que llegue el mensaje de que he entrenado tres años y ya puedo ejercer en España. Si haces el intento y sale bien, es una doble satisfacción", asevera.