Un Athletic deprimido y en franca regresión recibe a Valverde
Un Athletic Club deprimido por una trayectoria errática y en franca regresión desde que en verano superase con cierta holgura las previas europeas, recibe este sábado en San Mamés a su exitoso entrenador de las últimas cuatro temporadas, Ernesto Valverde, ahora en el Barcelona,
El equipo dirigido por José Ángel 'Cuco' Ziganda va claramente de más a menos hasta quedarse prácticamente en la nada en una última semana negra que amenaza sobremanera el nuevo proyecto con el técnico que había ganadRamón Orosa
Bilbao, 26 oct .- Un Athletic Club deprimido por una trayectoria errática y en franca regresión desde que en verano superase con cierta holgura las previas europeas, recibe este sábado en San Mamés a su exitoso entrenador de las últimas cuatro temporadas, Ernesto Valverde, ahora en el Barcelona,
El equipo dirigido por José Ángel 'Cuco' Ziganda va claramente de más a menos hasta quedarse prácticamente en la nada en una última semana negra que amenaza sobremanera el nuevo proyecto con el técnico que había ganado crédito con seis buenos años en el filial sacando jugadores para el primer equipo.
Pero, aunque ya apuntaba cierto desplome en otros momentos de la temporada, lo ocurrido en la última semana, con tres partidos a cual más lamentable en Suecia, Leganés y Formentera, no es muy de recibo en un equipo en el último lustro siempre con vitola europea.
Realmente el mal curso del Athletic se resume en dos semanas nefastas. En la primera encadenó dos derrotas por la mínima, a última hora en Las Palmas y ante el Atlético de Madrid en Bilbao tras haberse podido adelantar en el marcador con el primer penalti que fallaba en tiempo, y un empate en Málaga. Que fue el resultado más doloroso, ya que llegó al final del choque y después de desperdiciar dos goles de ventaja con superioridad numérica.
Hasta entonces, los de Ziganda navegaban sin ofrecer un juego convincente pero asidos a su pegada para meterse en la Fase de Grupos de la Liga Europa con solvencia aún tras momentos de apuro en Bucarest ante el Dinamo y en Atenas frente al Panathinaikos; y también para sumar 7 puntos en las tres primeras jornadas ligueras empatando ante el Getafe en la Catedral, ganando en Eibar y deshaciéndose del recién ascendido Girona en San Mamés en tres partidos muy cuestionables en lo futbolístico.
Esa falta de juego era lo que mantenía dudas en una apuesta que desde entonces ha ido claramente a menos y que tuvo en el 0-1 contra el modesto Zorya Luhansk ucraniano, como colofón a su primera semana negra, su peor momento.
Aunque amagó un ligero repunte en Mestalla, en una segunda parte que amenazaba con goleada local tras el 2-0 de la primera, y sobre todo con un 1-0 frente al Sevilla en casa que supuso un bálsamo, el Athletic volvió a descarrilar en Ostersund y no ha vuelto a la vía ni en Leganés ni en Formentera. En principio, tres visitas propicias para enderezar una trayectoria claramente en negativo.
Pero esta semana ha sido muy dura para Ziganda y el crédito de su proyecto. En Suecia, el Ostersund mereció golearle antes de que Williams rescatase un 2-2 que le mantiene con un hilo de vida en una Liga Europa a contrapelo con solo dos puntos de nueve posibles; en Leganés, el 1-0 final fue lógica consecuencia de lo visto en el campo; y, en Formentera, los locales, de Segunda B, le tutearon todo el partido e incluso abrieron el marcador. Un tanto poco después de Raúl García evitó el pánico.
En la segunda de las Islas Pitiusas, además, Ziganda tomó una de esas decisiones que cuestan entender y que llaman a debate: eligió a Kepa Arrizabalaga como meta titular cuando todo el mundo esperaba a Iago Herrerín, el elegido en los últimos años -con éxito- como portero para las competiciones de Copa.
De hecho, si en alguna posición no tenía ningún problema el Athletic era en la portería donde Kepa, en Liga, y Iago, en Europa, estaban siendo indiscutiblemente los mejores del equipo. Ambos, francamente brillantes y decisivos.
Así Ziganda ha abierto un frente más que añadir a los del ostracismo de Beñat Etxeberria, que ha perdido el puesto sin que se sepa muy bien porqué y con sus compañeros dando tumbos en un centro de campo que está siendo de lo peor del equipo; o el de Williams, fuera del once en partidos claves y algunos de ellos seguidos.
Con Aritz Aduriz desactivado por falta de suministro, a pesar de sus 8 goles, y Raúl García apareciendo esporádicamente, pero también goleador -5 dianas-, lo único rescatable del Athletic, aparte de los porteros, están siendo los 'cachorros' Unai Núñez e Iñigo Córdoba, ya 'leones' consolidados, y un cierto renacimiento del capitán Markel Susaeta.
Por contra, jugadores como Iñigo Lekue y Mikel San José están viviendo un año realmente malo, Ander Iturraspe va y viene en los minutos que juega, que no son muchos, y Mikel Vesga aparece como la cara visible de un centro del campo a la deriva cuando probablemente está siendo el mejor en esa zona.
Aunque en Formentera no mejoraron a los titulares habituales, los Xabi Etxeita, titular en Europa, Enric Saborit, Sabin Merino, Ager Aketxe y Kike Sola no son demasiado responsables de una deriva preocupante y de la que apenas se puede rescatar en las últimas semanas el debut ayer de los canteranos Oscar Gil e Iñigo Muñoz.
Poca cosa para hacer frente al intratable Barcelona de Valverde, que en nueve partidos solo se ha dejado dos puntos y además fue en el complicado Wanda Metropoliano.