Tócala otra vez, Leo
El Barcelona, en su momento más dulce de la temporada, recibe este miércoles al Liverpool (21:00 horas) con el propósito de lograr una convincente victoria en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones que le permita dar un paso más hacia la soñada final de la máxima competición continental.
El conjunto azulgrana, que ha dosificado esfuerzos las últimas semanas pensando en hacer algo grande en esta Champions, se proclamó el pasado sábado, en el Camp Nou ante el Levante, campeón de LaLiga Santander.
Con la final de Copa aparcada hasta dentro de un mes, ahora puede focalizar toda su energía en asegurar su presencia en la finalísima europea, algo que no sucede desde 2015, cuando derrotó al Juventus italiano en el Estadio Olímpico de Berlín (3-1).
Salvo Rafinha Alcántara, con una grave lesión de rodilla que le ha tenido prácticamente parado todo el curso, Ernesto Valverde contará con el equipo al completo.
El preparador extremeño ha ido administrando los minutos de la columna vertebral del equipo durante los últimos partidos y su Barça llega a la cita más descansado que nunca. Empezando por su gran estrella, el argentino Leo Messi, que en el último encuentro liguero ante el equipo valenciano empezó de nuevo en el banquillo.
Por tanto, Valverde podrá alinear ante el Liverpool su once de gala, con la única duda de quién será el tercer hombre que acompañe a Messi y Luis Suárez en la punta de ataque: si el brasileño Philippe Coutinho o el francés Ousmane Dembélé. Aunque parece que el primero, que solo jugó la primera parte del último partido de Liga, parte con ventaja.
En cualquier caso, el momento parece propicio para que los azulgranas apeen por fin al conjunto 'red' de una eliminatoria europea, algo que no consiguieron en las tres ocasiones precedentes (en las semifinales de la Copa de la UEFA 1975-76 y 2000-01 y en los octavos de final de la Champions 2006-07).
Lograrlo esta vez pasa, en primer lugar, para obtener un buen resultado en el Camp Nou, un escenario del que el Barça ha salido invicto en los 31 últimos partidos de la Liga de Campeones.
El Liverpool, por su parte, llega a la cita enfrascado en la lucha por la Premier League y con el sueño del doblete aún vivo. Sus opciones domésticas se reducen cada día y la posibilidad de romper la maldición que atormenta Anfield desde hace 30 años es cada vez más remota.
La resistencia del Manchester City a caer les ha dejado a dos partidos de perder el título y dependientes de lo que hagan los celestes. Por ello, la opción de aferrarse a la Champions cada vez suena con más fuerza en el norte de Inglaterra, aunque sea el Barcelona de Messi el que llame a la puerta.
La mejor noticia para los de Jürgen Klopp es que pueden contar con todos sus efectivos. Roberto Firmino se perdió el choque ante el Huddersfield Town del fin de semana pasado por un problema muscular, pero ya parece recuperado para el envite en Barcelona.
Incluso Alex Oxlade-Chamberlain, que disputó ante el Huddersfield sus primeros minutos de la temporada, está ya recuperado para la causa, aunque su inclusión en el once inicial es utópica.
Mohamed Salah y Sadio Mané llegan a la cita enrachados, con 21 y 20 goles respectivamente en la Premier, comandando la Bota de Oro de la liga inglesa. Alisson Becker también está de enhorabuena después de que el triunfo por 5-0 ante el Huddersfield supusiera su encuentro número 20 imbatido en esta temporada en la Premier, lo que supone el récord de la entidad, igualando a Pepe Reina.
Después de una desastrosa fase de grupos fuera de casa en la Champions, cayendo en las tres salidas que protagonizaron ante Paris Saint Germain, Estrella Roja y Nápoles, el Liverpool recondujo el rumbo con triunfos holgados ante el Bayern de Múnich (1-3) y el Oporto (1-4). El Barcelona es un obstáculo mayor y nada tendrá que ver con las semifinales del año pasado ante la Roma.
La solidez defensiva que aporta el mejor jugador de la Premier, Virgil Van Dijk, reconocido por el sindicato de jugadores de Inglaterra, y el meta Alisson, confieren al vertical contraataque de Klopp la retaguardia perfecta.