Alisson y la maldición de Ramses
Juan José Lahuerta
Madrid, 7 may .- Alisson Ramses Becker no olvidará jamás al Barcelona. El portero del Liverpool tiene el honor de ser el único jugador que ha participado en las dos desgracias consecutivas del conjunto de Ernesto Valverde, humillado en Roma y en Anfield con el guardameta brasileño celebrando los goles desde la distancia.
Alisson es uno de los grandes protagonistas ocultos de la noche. De otra noche aciaga para el Barcelona, que después de ganar al equipo del alemán Jürgen Klopp 3-0 en la ida de las semifinales perdió 4-0 para hincar la rodilla de forma sonrojante.
Como la temporada anterior, cuando Alisson, con el Roma, celebró la remontada de su equipo en los octavos de final tras perder 4-1 en el estadio del Barcelona y ganar 3-0 en la vuelta con el famoso tanto del griego Konstantinos Manolas.
En los dos años, el meta del Liverpool tuvo cuatro actuaciones similares. En los dos primeros partidos, Alisson, tanto con el Roma como con el cuadro inglés, tuvo actuaciones irregulares, que luego compensó en las dos siguientes con intervenciones decisivas.
El público de Anfield aplaudió las pocas paradas de su portero, que fue un muro ante los escasos acercamientos del Barcelona. En la primera parte, evitó un gol de Lionel Messi y otro de Coutinho. En la segunda, volvió a frenar al argentino, que cabizbajo abandonó el césped cuando el árbitro pitó el final del encuentro.
Su segundo nombre, poco conocido, es el de "Ramses". Se lo puso su madre después de ver una serie de televisión americana. No le importó que en Estados Unidos fuera nombre de mujer. Su padre quería llamarle Ramses II, pero Alisson no quiere ni oír hablar del faraón.
Sin embargo, en dos ocasiones, fue la base de la pirámide que aplastó al Barcelona. Taffarel dijo de él un día que era "el Pelé de las porterías" y Klopp confió en el brasileño este verano para sustituir al desdichado Loris Karius, señalado en la derrota ante el Real Madrid en la final de la temporada pasada.
Alisson, aunque no quiera, fue el faraón que lanzó una maldición al Barcelona la temporada pasada cuando quiso usurpar sus dominios en Roma. Esta maldición se extendió un año más y, de nuevo, bajo los efluvios del portero del Liverpool, Messi y sus compañeros padecieron bajo el hombre comodín de las desgracias de los hombres dirigidos por Ernesto Valverde.