El internacional francés del FC Barcelona Ousmane Dembélé, que va a estar de baja por lesión durante unas cinco semanas, lleva una vida desordenada en Barcelona por las malas influencias que le rodean, según un antiguo cocinero, Mickael Naya, al que despidió como a tres otros antes que él.
"Ousmane es un buen chico, pero no controla su vida. Vive constantemente con su tío y su mejor amigo, que no se atreven a decirle nada", explica Naya, en declaraciones a Le Parisien.
Cuenta que el jugador de 22 años, por el que el Barça pagó 105 millones de euros, no hace más dar tumbos y que aunque no vio que consumiera alcohol, "no respeta para nada los tiempos de descanso, no hay ninguna estructura de alto nivel en su entorno".
También que él como cocinero -lo contrató el pasado año- había intentado organizar sus comidas en función de los partidos que tenía y las fases de recuperación y las cosas iban bien, pero tiene malas influencias.
❗@Dembouz, cinco semanas de baja
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— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) August 19, 2019
"Cuando está sin sus amigos -añade- Ousmane es completamente diferente. Es curioso, abierto, educado".
Le Parisien hace notar que desde que se hizo pública su lesión, la prensa española no ha dejado de cargar contra él y lo ha tratado de inmaduro o inconsciente.
Otros jugadores como Gerard Piqué y Luis Suárez lo criticaron el pasado año su falta de profesionalidad.
El periódico francés considera que ha dado motivos con sus retrasos en los entrenamientos o en los partidos y con sus prestaciones deportivas "en caída libre".
"Ousmane y su entorno dicen que, de todas formas, recibirán críticas pase lo que pase", comenta su antiguo cocinero, que añade que todo eso "les resbala. Son ricos. Les da igual".
Una prueba de ese descontrol sería la crónica de su última lesión. Tras notar molestias en el primer partido de liga el viernes pasado en Bilbao, los médicos del club lo convocaron al día siguiente para hacerle una ecografía. El jugador se negó porque se fue a Rennes "a ver a su madre", según la versión de su agente.
Cuando el lunes volvió al entrenamiento, Ousmane Dembélé tenía una lesión profunda en el bíceps femoral que le deja fuera de juego cinco semanas.