¡Hay lío! Y es con Dembélé (y acaba de pasar): “Valverde, ¿por qué lo tapas?”

El pasado miércoles fue el turno de Ousmane Dembélé y de Leo Messi. Y este jueves le tocó a Ansu Fati. Los cracks han recibido las altas médicas y deportivas, y la enfermería se va vaciando.

Una muy buena noticia para un Barça que está teniendo en las lesiones musculares uno de sus mayores problemas en este inicio de temporada. Y es que ya son ocho los jugadores que se han lesionado en lo que va de curso, habiendo algunos que han caído dos veces, como Dembélé.

Plaga de lesiones musculares

Junior Firpo, al que le quedan dos semanas de baja, ha sido el último en caer. Y lo ha hecho por segunda vez. Como Messi y Dembélé. Los otros que han padecido algún percance son Jordi Alba, que ya se ejercita en parte con el grupo pero se presenta muy complicado que llegue al choque del próximo domingo contra el Sevilla, Samuel Umtiti, todavía lesionado, y Neto, Luis Suárez y Ansu Fati, ya recuperados.

Un Ansu Fati del que los pesos pesados del equipo celebran su vuelta como locos. Sobre todo los que juegan en el ataque: Messi y Suárez. Dos jugadores que tienen claro a quién quieren tener a su lado sobre el terreno de juego y a quién no.

Lío con Dembélé

En la primera lista, Ansu Fati o ninguno. En la segunda, un Dembélé y un Griezmann con los que siguen sin entenderse. Y lo del ex del Atlético de Madrid tiene disculpa. El delantero acaba de llegar y debe adaptarse a una posición en la que nunca ha jugado. Pero el caso del ex del Borussia Dortmund empieza a ser flagrante.

El pasado miércoles el galo parecía estar jugando otro partido. Las acciones peligrosas llegaron por la derecha, de la mano de Messi y Suárez. Las de la izquierda se iban al limbo. Y a los cracks se les ha terminado la paciencia.

“Valverde, ¿por qué lo tapas?”, le comentan al míster, al que los cracks presionan en la sombra para que apueste fuerte en el once por Ansu Fati, al que prefieren antes que a un Dembélé que cada vez genera menos confianza, tanto dentro como fuera del terreno de juego, donde a pesar de los avisos mantiene sus actitudes cuestionables con la alimentación y los videojuegos hasta altas horas de la madrugada.