La Liga vuelve este fin de semana. Lo hace después de dos semanas de parón y una de las dudas que ronda en el FC Barcelona es si Ernesto Valverde se decidirá en el once inicial por Antoine Griezman o por Ousmane Dembélé.
El ex del Borussia Dortmund ha pasado gran parte del primer tramo de curso en la enfermería. El delantero terminó el partido inaugural de la Liga contra el Athletic Club del 16 de agosto con molestias y no volvió a estar disponible hasta el 24 de septiembre, en el choque contra el Villarreal.
Entonces disputó 45 minutos. Entró en sustitución de Leo Messi en el descanso, que se volvió a lesionar. Pero lejos de seguir su evolución, Dembélé volvió a sufrir problemas físicos, lo que obligó al Txingurri a dejarlo fuera de la convocatoria en el siguiente partido. Así las cosas, Ousmane solo ha participado en 4 de los 10 partidos que han disputado los culés esta campaña, siendo titular solo en dos de ellos.
El galo jugó 88 buenos minutos contra el Sevilla en la contienda previa al parón por compromisos internacionales, pero el míster no las termina de tener todas con el atacante.
Pero Griezmann todavía le genera menos confianza al técnico. El ex del Atlético de Madrid ha sido titular en 9 de los 10 choques de los culés y lo ha jugado casi todo. Solo fue sustituido en dos ocasiones. Pero el futbolista no ha logrado adaptarse. A Griezmann se le ve muy perdido en los partidos. La de extremo izquierdo es una posición que no se adapta en absoluto a su perfil.
Algo de lo que se ha dado cuenta Valverde. Y prueba de ello es que, pese a que Dembélé acababa de recuperarse de la última lesión en el partido contra el Sevilla, le dio la titularidad, sentando a Antoine durante todo el partido.
Pero Dembélé también genera muchas dudas. El crack sigue pasándose horas hasta bien entrada la madrugada jugando a los videojuegos. Y a ello se suma la cuestionable alimentación que lleva el jugador. Se conoce que al poco de llegar el Barça ya intentó tomar medidas al respecto y le puso un cocinero particular con tal de que mejorara su dieta. Pero según se supo más tarde, el propio futbolista lo despidió
Y ante este panorama, hoy por hoy es una auténtica incógnita por qué crack se decidirá el míster para el extremo zurdo en el choque contra el Éibar del próximo sábado.
Unas dudas que muchas voces en el Camp Nou apuntan que no existirían si en verano de 2017 se hubieran tomado otras decisiones en materia de fichajes. Entonces Mohamed Salah jugaba en la Roma y buscaba un grande al que dar el salto. Y fue ofrecido al Barça tras la salida de Neymar a cambio de 40-45 millones de euros.
Pero Robert Fernández, secretario técnico culé por aquellas fechas, en consenso con Valverde, rechazó al egipcio y priorizó a Dembélé, que costó 140 millones entre fijos y variables. Prefirió al galo, al que seguía desde hacía un año, que a Salah, que pocos meses después ya estaba brillando en el Liverpool.
Un jugador por el que en los últimos meses ha habido más de un club que ha intentado fichar. Pero ninguna entidad se ha visto capaz de asumir un fichaje por el que los reds reclaman ahora 180 millones de euros.
Se entiende fácil.Pagando 140 millones se ganan mejores comisiones. Pensáis que buscan lo mejor para el Barça?.
Si no pagan les da lo mismo lo que pidan ....jijiji...