Ernesto Valverde no suele ser un hombre de mucho pedir. Se limita a hacer su trabajo, a intentar cosechar resultados, un buen juego y, sobretodo, resultados y títulos. Sabe que es un mandado y que en el Barça el que ordena entradas, salida y renovaciones, entre otras muchas cosas, es Leo Messi. Pero, de vez en cuando, el técnico extremeño se permite algún capricho.
Aunque no suele ser habitual, sí que le gusta reunirse con la directiva y analizar a fondo la situación. Y se espera que pronto haya otra reunión, previsiblemente después de El Clásico, para tratar diferentes asuntos. Uno de ellos, por ejemplo, el cada vez más próximo mercado invernal. Quiere salidas y alguna entrada, como la de un lateral derecho.
Para colmo, ni siquiera tiene relevo. Porque Sergi Roberto, que tampoco convence ahí, ha sido reubicado al centro del campo, su puesto natural. Y Moussa Wagué, de solo 21 años, aún está muy ‘verde’. Todo apunta a que saldrá cedido. Necesitan un lateral de primer nivel y con urgencia, y los primeros nombres en la agenda ya han trascendido, con varias bombas.
Hay opciones ‘low cost’, como Ander Capa, que ha comenzado a un gran nivel en el Athletic Club. Sería barato y conoce la Liga Santander. Y luego otras galácticas, como Trent Alexander-Arnold, que se dan por imposibles.
Pero opciones hay.
Messi, como en todo, también tiene palabra. Y el argentino también ve con muy buenos ojos la llegada de un lateral diestro ‘top’, pero, en su caso, el nombre que más le seduce es Joshua Kimmich.
El crack del Bayern de Múnich, de 24 años, es uno de los mejores del Mundo y además es polivalente. Pero sacarle de Alemania también es tarea complicada.
Por pedir, que no sea…