La relación con Xavi Hernández está prácticamente rota y la familia amenaza con sacarlo del Barça, sería una pérdida inesperada

Ansu Fati y Xavi Hernández parecen tener unas diferencias insalvables. Según la información que proporciona el diario ‘Sport’, no hay química entre ellos, y el descontento que tiene el jugador con el Barça es gigante. Y es que cree que no se le está valorando como debería, y no oculta que le gustaría tener muchos más minutos de los que dispone actualmente. Está convencido de que ha hecho méritos para ello, pero que no se tienen en cuenta.

Porque no acaba de entender los motivos por los cuales Ousmane Dembélé y Raphinha están por delante de él en las rotaciones, cuando ninguno de los dos es decisivo ni determinante. Cierto es que el internacional español aún está lejos de su mejor versión, pero aún y así genera mucho más peligro cada vez que toca el balón, pues tiene un olfato goleador que no se pierde. Además, para volver a estar al 100%, lo que necesita es tener continuidad.

Es decir, que no pueden criticarlo por no estar a tope, cuando rara vez es titular, y tiene que conformarse con ser un revulsivo. Esto provoca que su presencia en el Mundial de Catar sea muy complicada, por no decir imposible, después de ver como Luis Enrique decidió dejarlo fuera en su última convocatoria. Y si las cosas no cambian en las próximas semanas, su futuro en el Camp Nou estará en el aire, hasta el punto de plantearse hacer las maletas.

Jorge Mendes, su agente, no tardaría ni un segundo en encontrar un destino para Ansu, y de hecho el representante portugués es el que ha hablado con el padre del extremo de 20 años, Boris Fati, para convencerle de que, si sigue así, pondrá en riesgo su progresión, que estaba siendo imparable hasta el momento de lesionarse de gravedad. Desde entonces, no ha vuelto a ser el mismo, y hace unos días jugó los 90 minutos de un encuentro por primera vez en más de dos años.

Sería una pérdida muy dolorosa para el Barça, considerando que Fati sigue siendo una de las grandes promesas de la entidad, y que para muchos tenía que ser el heredero al trono que dejó desierto Leo Messi con su marcha al Paris Saint-Germain.