Xavi Hernández fue quien prohibió su fichaje a Joan Laporta por el Barça, y ahora es uno de los mejores

Xavi Simons fue una de las oportunidades más interesantes que ofrecía el mercado estival. Al finalizar contrato con el Paris Saint-Germain, y rechazar todas las propuestas de renovación que le propuso Nasser Al-Khelaïfi, estaba disponible a coste cero, y en el Barça recibieron la llamada del prometedor futbolista. Joan Laporta estaba dispuesto a traerlo como han informado en ‘El Nacional’, y los planes pasaban porque reforzara el filial, pero estuviera en dinámica del primer equipo.

Pero las elevadas demandas económicas que tenía el jugador de 19 años, sumado a que exigía tener cierto protagonismo con Xavi Hernández, provocó que todo se fuera al traste. El técnico catalán no estaba dispuesto a garantizarle minutos, y además no consideraba que fuera necesario incorporarlo, después de haber firmado ya a Pablo Torre. Además, el ex del Al-Sadd recordó que en su momento abandonó La Masía por cuestiones de dinero.

Una traición que le acabó pasando factura al neerlandés, que vio como en el Camp Nou le cerraban las puertas en su cara. Así que tuvo que buscar otro destino, y finalmente lo encontró en el PSV Eindhoven. Tuvo otras propuestas realmente interesantes, como una del Bayer Leverkusen y otra del Olympique de Lyon, pero se decantó por volver a su país natal. Y hasta el momento, se puede decir que acertó de lleno con su decisión, viendo como le han ido las cosas.

La adaptación que ha tenido a la Eredivise ha sido simplemente sensacional, y se ha convertido en una de las piezas clave de su equipo. Ha dado muestras del increíble nivel que tiene, y eso le ha valido también para recibir la convocatoria de la selección absoluta de los Países Bajos para participar en el Mundial de Qatar. Nueve goles y cuatro asistencias en 22 encuentros entre todas las competiciones son las estadísticas de Simons.

Los grandes conjuntos del continente ya se están rifando a Xavi, y ahora en el Barça deben de estar maldiciéndose por no sellar su incorporación, cuando la tenían en su mano.