El culebrón en la selección de Canadá continúa: fiestas obligatorias, alcohol y juguetes sexuales
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La Selección fue sancionada por el espionaje con drones
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Bev Priestman pidió disculpas por lo sucedido
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Un miembro del staff de la Selección de Canadá, detenido por espiar a las jugadoras de Nueva Zelanda con un dron
Después del escándalo en Canadá por el espionaje de la Selección Femenina de Canadá por el que pidió perdón su seleccionadora, la pesadilla continúa con las últimas informaciones que han salido a la luz en las que se señalan que se celebraban fiestas de asistencia obligatoria.
El medio canadiense The Globe and Mail ha desvelado que la práctica del espionaje con drones no ha sido lo peor que se ha realizado en el combinado. Además de prácticas de espionaje para recoger información de los rivales para beneficiar a los entrenadores, se desarrollaron unas prácticas que consistían en fiestas obligatorias antes de los partidos en las que se "bebía demasiado" y se "hacían preguntas sexualmente explícitas".
En el informe publicado en Canadá, se detalla en qué consistían estas celebraciones en las que había "sesiones de bebida la noche antes de los partidos, para miembros del cuerpo técnico y del personal, pero no para jugadoras". La asistencia a ellas era obligatoria.
Además de beber en exceso, en estas fiestas se arrojaron juguetes sexuales y, no contento con ello, algunas fuentes de la investigación señalan que "les hicieron preguntas sexualmente explícitas como parte de los juegos de fiesta".
El medio que ha destapado el escándalo ha tenido acceso a dos vídeos en los que se puede ver a los empleados de la selección de Canadá participando en estas fiestas antes de los partidos así como a la seleccionadora, Bev Priestman, bailando cuando eran más de las doce de la noche.
La asistente de la seleccionadora, Jasmine Mander, también se ha visto salpicada por las acusaciones que forman parte de esta investigación en la que se señala que provocaba ataques de pánico.