La resistencia granota solo aguanta una mitad
El Levante UD aguantó una mitad en su visita al Camp Nou para medirse al FC Barcelona. Una buena primera mitad y un castigo, puede que hasta excesivo en la segunda, condenan al equipo de Lucas en un partido en el que perdonó en la primera mitad y fue castigado con la pegada letal del Barça, que hasta falló un penalti en las botas de Messi. Víctor Casadesús hizo el tanto del honor granota.
La defensa de cinco de Lucas Alcaraz tenía en el Camp Nou más sentido que nunca. Hacerse fuerte atrás y salir con peligro a la contra. Incluso parecía más complicado lo primero, pero se consiguió en la primera mitad, donde Messi no tuvo ocasiones claras y las que tuvo apareció Rubén.
Y el Levante lo intentó también a la contra, aunque el egoísmo de Ghilas, que pudo asistir a Roger que estaba solo, y después la falta de puntería de éste privaron al cuadro granota de hacer saltar la banca culé en la primera mitad. Mientras, en el medio campo, Verza y Camarasa lograron, incluso, aparecer más que el temido trivote de Luis Enrique. No era malo el 0-0 al descanso, pero lo cierto es que podía ser mejor.
Bartra abre la lata granota
Tras el descanso era evidente que llegaba el turno del acoso de Messi y compañía. Y poco duró el aguante levantinista, ya que en el minuto 49' Bartra abría la lata granota tras una gran asistencia de Messi. 1-0 y tocaba remar. Mucho. Y es que dos minutos después otra asistencia mágica de Messi casi la rentabiliza Neymar.
No falló el brasileño en la segunda ocasión, para hacer el 2-0 tras un doble remate en una salida desafortunada de Rubén, en la que no ataja el balón. El sistema defensivo del Levante ya parecía a merced del ataque culé. Un penalti de Trujillo a Neymar fue el 3-0, obra de Messi. Tres goles en 15 minutos.
Y cuando peor parecía que lo tenía el Levante para resistir el aluvión del equipo de Luis Enrique, apareció el eterno Víctor Casadesús, que acaba de salir para llevar un balón suelto tras otra mala salida, esta vez de Ter Stegen para llevar el 3-1 al marcador.
Feddal le regaló un penalti a Messi, que el argentino falló en el 75. Habría sido un excesivo castigo para el Levante. Perdonó también Rakitic, que no aprovechó un regalo defensivo de Juanfran. El partido encaraba sus últimos diez minutos y el penalti fallado de Messi rondaba en la cabeza del argentino, que se inventó una de las jugadas marca de la casa, para desquitarse, y llevar el 4-1 al esta crónica.
Por aquel entonces, el Levante ya había empezado a pensar en un duelo ante los azulgranas de su Liga: el Eibar. Ahí es donde no se puede fallar.
