Fase 1: Vuelta a la normalidad
Después de un fin de semana de deporte, digno de unas pre-olimpiadas (desde aquí mi llamamiento al COE para que amplíe las plazas de atletas y ciclistas para Tokio 2021), el deporte profesional empieza hoy a retomar las rutinas, eso sí, adaptadas a las exigencias del momento.
Si se quiere volver a competir, los jugadores/as van a necesitar una readaptación física importante para prevenir en la medida de lo posible, que las bajas llenen la enfermería a las primeras de cambio.
El Levante UD ha realizado todos los trabajos necesarios para la vuelta al trabajo. Los jugadores disponen de mascarillas especiales para poder entrenar, se han desinfectado las instalaciones de Buñol para que puedan trabajar en dobles sesiones, de forma individual o en pequeños grupos, cuando se empiecen a conocer los resultados de los test a los que se someterá a la plantilla y cuerpo técnico.
No sólo el van a tener que superar el test, también un reconocimiento físico para volver a los entrenamientos de forma individual en una primera fase, que se iniciaría el próximo fin de semana.
Con la ciudad deportiva de Nazaret en punto muerto, el Ciutat avanza a marchas forzadas para instalar la cubierta lo antes posible, y aunque la vuelta a la competición no termina de ver la luz, de tener que terminar la temporada, la idea de jugar fuera de Orriols es más palpable que nunca.
Con tanta incertidumbre, hay muchas dudas que quedan en el aire: ¿Es necesario retomar la competición con el riesgo que ello supone? ¿Hasta que punto tienen que exponer los jugadores y personal presente en esos partidos a sus familiares y entorno más cercano? ¿No sería mejor seguir el ejemplo de Francia y Holanda?
No es por las lesiones, que también, es por el riesgo de contagio. No hablamos de un deporte individual, hablamos de un deporte de contacto masivo, en el que los 22 jugadores que saltan al terreno de juego entran en contacto directo durante 90 minutos. Por no hablar de cuerpo técnico, árbitros, personal de la federación y LaLiga ect…
Queda mucho por andar, antes de saltar a la siguiente fase, la de la vuelta a la competición, y tienen tiempo de sobra (si no lo han tenido ya), para tomar la decisión más segura para todos, en este caso para los protagonistas, que son quienes ponen en riesgo su seguridad al tener que volver a competir.