Lo que ha dejado el mercado en el Levante en las figuras de Danvila y Felipe Miñambres

Decía Julián Calero en la previa del partido contra el Cádiz que “el club está haciendo un esfuerzo enorme, pero tapar el agujero negro del que se viene no es cuestión de dos días". Hasta que sonó la bocina del mercado de fichajes más angustioso que se recuerda de puertas para dentro en el Levante, José Danvila (como ya sucedió en el estreno liguero en Gijón para que el míster pudiera contar con Andrés García, Jorge Cabello y Carlos Álvarez) volvió a inyectar liquidez, y ahora también Pablo Sánchez salió al rescate, para contribuir a solventar la papeleta y cuadrar las piezas, aunque sin poder satisfacer los deseos del técnico de reforzar la parcela defensiva. El míster lo acepta porque desde el principio sabía que las circunstancias no eran fáciles.

La realidad es que no cabían todos. No había hueco. Con el traspaso a la desesperada de Bouldini al Deportivo y la rebaja de un 50% de la valoración de mercado por Vicente Iborra imputada por LaLiga en el FPF no era suficiente y el Levante afrontaba un último día con el agua al cuello: buscando fórmulas para inscribir a los cinco jugadores que aún no estaban registrados y terminar de echar el cierre a una plantilla que en estas dos primeras jornadas ilusiona. Y soy de los que piensan, parafraseando al míster, que “todo va a salir bien”.

El '10' de Vicente Iborra y el '23' de Pablo Martínez

Esta película rozando el terror terminó con Vicente Iborra inscrito, con Pablo Martínez, como así insistió Julián Calero por activa y por pasiva (y ha acabado teniendo razón), en la plantilla, una vez que no fructificara ninguna propuesta (Rayo, Valladolid y Valencia fueron los que más se posicionaron, aunque hubo más equipos) por el centrocampista madrileño, también con Kochorashvili, que no se marchó a la Premier ya que no le concedieron el permiso de trabajo (GBE) al no alcanzar los puntos necesarios para jugar en Inglaterra, con Alfonso Pastor reajustado a una de las diez ‘fichas B’ que ha activado el Levante (pudo salir) y con el despido de Rober Ibáñez, que aún dará que hablar. Ese año automático (por permanencia) que se le firmó cuando llegó al Levante en el verano de 2022 es otra más de ese “agujero negro” que se está logrando tapar poco a poco.

Un desenlace que refuerza la figura de José Danvila (que sigue jugándose su patrimonio), también la de Pablo Sánchez y de los que consiguieron encontrar ese resquicio en LaLiga por Vicente Iborra. Y pone todavía más en el foco a un Felipe Miñambres que ya no tiene el argumento de haber vendido bien y fichar a coste cero que se esgrimía para defender su figura.

Decisiones desesperada por la realidad del Levante

Es verdad que el fútbol español vive en una asfixia superlativa, pero ante la falta de recursos económicos, hay que encontrar fórmulas (desde el espacio de la dirección deportiva) para no verse con el agua al cuello de esta manera y acabar tomando decisiones que, sobre el papel, no querrías como impedir a Calero disponer de Pablo Martínez en las dos primeras jornadas porque era una expectativa de venta, tener a tu primer capitán y estandarte, Iborra, fuera de circulación o despedir a un jugador como Rober Ibáñez, aunque no tuviera un papel relevante ni lo iba a tener con Calero.

El mejor centro del campo de la categoría

Que el Levante pueda disponer de un centro de mando con Vicente Iborra, que será también una opción de central, Pablo Martínez, Giorgi Kochorashvili, Oriol Rey, Sergio Lozano, Ángel Algobia y el talentazo de Carlos Álvarez es un lujazo. El resto de equipos de la categoría querrían una medular de este nivel y también unos cuantos de Primera División. Pero siento que la plantilla está descompensada (y esto es otro debe de Felipe Miñambres), pero confío en la mano de Julián Calero, en su identidad, en su capacidad para sacar partido a una plantilla con 18 fichas profesionales (contando a Óscar Clemente que aún puede salir) y 10 ‘licencias B’.

Habrá sanciones, lesiones y Kocho tendrá ‘ventanas FIFA’ con Georgia. Es el momento de apostar por la cantera, de ser valientes, de creer porque hay argumentos. Atrás vamos justitos. Y arriba, sin Bouldini, las puertas se le abren un poquito más a Carlos Espí, pero creo que Calero va a darle todavía más responsabilidad a Morales, ansía tener cuanto antes a Fabrício, que avanza en esa enésima lesión muscular antes del arranque liguero, e incluso Iván Romero; además de la polivalencia de un Roger Brugué, que es el ‘chico para todo’ y que con él, como piensa todo el levantinismo, iría la guerra porque se deja la vida por este escudo.

La 'operación salida' en el Levante

El Levante ha ingresado, y de aquella manera, por la cesión de Dani Gómez al Valencia (150.000 euros y una opción de compra no obligatoria de 1,5 millones de euros), el traspaso de Moha Bouldini al Deportivo (300.000 euros, y los derechos económicos están compartidos con el Fuenlabrada, una cifra que podría ascender hasta el medio millón si se cumplen una serie de variables y el 25% de una futura transferencia) y la opción de compra automática en caso de ascenso que ejecutó el Leganés por Enric Franquesa (90.000 euros y la mitad es para el Villarreal). También cerró, y después de activar su ampliación contractual hasta 2026, la venta de Carlos Giménez al Atlético de Madrid para jugar en el filial de Fernando Torres (100.000 euros, más beneficios por un futuro traspaso y por objetivos cumplidos por el jugador como rojiblanco).

La operación con mayor rédito económico fue el acuerdo con la AS Roma por Buba Sangare (1,6 millones de euros, más un 15% de una futura venta y cláusulas por objetivos). Además, el traspaso de Carlos Jiménez al Al-Qadsiah y la cesión de Dani Martín al Marbella (menos de una semana después de pagar traspaso por el joven guardameta al Rayo Majadahonda) generaron alrededor de unos 300.000 euros para rebajar esa urgencia de ajustar el desfase financiero.

El adiós de Sergio Postigo después de ocho temporadas

Las primeras despedidas en el Levante fueron las de Joan Femenías (Real Zaragoza), Álex Muñoz (UD Las Palmas), Álex Blesa (AD Ceuta FC) y Ander Capa (de momento agente libre), que acabaron contrato el pasado 30 de junio. También se marcharon, tras concluir sus cesiones, Álex Valle (ahora jugará a préstamo por el Barça en el Celtic de Glasgow) y Nikola Maras (que hará lo propio en el Sporting de Gijón). El que también dijo adiós fue Sergio Postigo después de ocho temporadas en el Levante y tras declinar una renovación que fue una invitación a marcharse. Alejandro Cantero resolvió el año de contrato que le quedaba para firmar por el Tenerife hasta 2026 y el Levante se guardó un porcentaje de una futura venta (30%). Pablo Cuñat, Lass, Bekkouche y Dani Martín se han marchado cedidos al Cartagena, Ibiza, Recreativo de Huelva y Marbella.