Cuidado Europa, esto es el Málaga de Isco

Félix Godoy IIIIsco. Isco. Isco. Puede parecer injusto reincidir en su figura por el partidazo coral que regaló el Málaga en su estreno de Champions. Pero señores, es que es niño prodigio merece todos los elogios del mundo. Ayer fue a ratos Iniesta, Silva, Cazorla, Ronaldinho, Messi. A ratos todos, pero siempre él. Es difícil soñar una actuación así. La fiesta en La Rosaleda rozó el orgasmo por instantes. Fue un 3-0 y pudieron ser muchos más.

Soberbio Pellegrini, soberbio el equipo, soberbio el malaguismo. Todo encajó, con la precisión de un reloj suizo. Estos tres puntos son de oro puro. Debe rabiar Al Thani, que se ha negado a sí mismo sin explicación alguna vivir estos pedazos de historia. Está a tiempo de sumarse y seguir disfrutando de una Champions que ahora, más que ilusionar, invita a pensar que cualquier cosa es posible. Soñar, creer, disfrutar...
 

Casi amarga inmediatamente la fiesta al malaguismo esa mala bestia llamada Hulk. Por fortuna el larguero frenó su voluntarioso disparo. El Málaga, lejos de amilanarse, prolongó los efectos del vendaval que fue su arranque de partido. Gámez se disparó por su carril. Cuando todo el mundo esperaba un centro, se sacó de la chistera un pase raso que Saviola aprovechó colándose como un duende por el área del Zenit. El Conejo tiene un talento innato para entender el desmarque, para encontrar huecos imposibles. 2-0 y las pulsaciones a mil.
Casi repiten gol, con matices, Gámez y Saviola. El argentino tuvo tres o cuatro ocasiones para sentenciar el partido, pero le faltó una pizca de acierto.
Amenazó el Málaga siempre que tuvo el balón, aunque también es cierto que le cuesta defenderse sin él. El Zenit, que atrás hace aguas como el Titanic, tiene veneno arriba. Eso multiplica lo hecho por el Málaga en los primeros 45 minutos. Buenos movimientos de sus atacantes, que tuvieron varias ocasiones para acortar distancias. Pero ahí estuvo Willy, que después de dos acciones dudosas se repuso frenando a Kerzhakov y Shirokov. Lombaerts de cabeza perdonó la última del Zenit, contestado por Isco.
Salió fuerte el Zenit de la caseta, con nuevo aviso del exsevillista Kerzhakov. Pellegrini entendió que había demasiada superioridad por el centro del Zenit y decidió quitar a Portillo para que debutase Iturra. Quería más control.
Lo cierto es que el Málaga tuvo alguna buena contra para tratar de matar el choque. Pero notó el desgaste y eso sirvió al Zenit para dar un paso al frente. Buscó oxigeno en punta el Ingeniero dando minutos a Santa Cruz por Saviola, despedido como un héroe de nuevo.
Asustó de nuevo el cuadro de Spalletti. Pase de cuchara de Kerzhakov para Bystrov. Sin embargo, Willy metió la mano de manera prodigiosa para tranquilidad de La Rosaleda.
Se paseó el balón en un centro de Joaquín. Faltó fe para llegar tanto en Santa Cruz como en Isco. Ida y vuelta en el verde de la orilla del Guadalmedina.
Quedaba por llegar la guinda. A Isco el cuerpo le pedía más magia. Y vaya si la puso sobre el tapete. Después de varias acciones de genio, machacó al Zenit con un zapatazo que perforó la portería de Malafeev. Isco sí que tiró con 'mala fe'. Todavía retumba el zumbido de su golazo.
El resultado, además, es amplio. En estos grupos nunca se sabe cuándo te va a hacer falta un buen golaverage... Pudieron caer algunos más. Eliseu regaló uno a Joaquín y otro a Duda. El portero con fortuna frenó al portuense y el larguero al luso. Da igual. ¿No creen?