Se fue enero, vuelve el Málaga
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La primera parte fue un vendaval blanquiazul. El Valencia apretó de salida, pero el fuelle apenas le duró un cuarto de hora. El tiempo que tardó el Málaga en desmelenarse y lanzarse como un poseso a por su rival. La primera ocasión clara de gol se resistió 25 minutos. Samuel centró con la izquierda desde la derecha y Castillejo remató con la cabeza de espaldas a portería con toda la intención. Alves no pudo hacer nada por evitar el primer gol del canterano. Se le ha resistido mucho. Más de la cuenta. Pero Samu Castillejo por fin abrió su cuenta goleadora particular. Y lo hizo a lo grande. Golazo. Hay jugador grande en el menudo extremo malagueño.
Hacía muchas semanas que el Málaga no mostraba tal voracidad y agresividad en la presión. No es casualidad que el equipo de Gracia recuperase su mejor versión con su triángulo de seguridad (Sergio Sánchez-Weligton-Camacho) de nuevo sobre el césped. Con ellos el Málaga es otro Málaga. Atrás y también delante. Tras el 1-0 el Málaga fue un huracán. Incontenible. Guerra tuvo un mano a mano tras otra exquisita asistencia de Samuel. El '7', con chispa, es desequilibrante. El '9' aguantó y trató de definir con clase, pero Alves presume de reflejos por todos los campos por donde pasa.
Apenas unos minutos después Juanmi tuvo una pelota franca en la frontal y una posterior dentro del área. Pero ha perdido cierta inspiración el malagueño después de su lesión. Necesita un gol para espantar fantasmas y poner a tope de nuevo el depósito de la confianza. Cuesta creerlo, pero es de justicia afirmar que lo peor para el Málaga al descanso era el resultado: 1-0.
Desarbolado el Valencia durante media hora larga, el reto para la segunda parte era mantener el listón. Al menos no perder excesiva agresividad. Y aguantó el plan bien el cuadro blanquiazul durante 20 minutos más. Y cuando empezó a resentirse el físico, la ingenuidad de Cancelo y el gatillo fácil de Clos Gómez con las tarjetas le dejaron en superioridad numérica.
De ahí al final, a excepcion de un par de sustitos protagonizados por André Gomes, Orban y el arreón a la desesperada en el descuento, casi todo lo bueno siguió siendo del Málaga. Amrabat, suplente por sorpresa, dejó su huella en la recta final con un par de galopadas y un tirazo a la cruceta derecha de Diego Alves. Resistió con coraje y corazón el Málaga, como reza su himno. La cuesta de enero por fin quedó atrás.