El derbi de Iñaki Goitia
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Mirandés y Málaga se enfrentan en un duelo inédito este jueves a las 21:00 horas. El conjunto blanquiazul nunca se vio las caras con el equipo de Miranda de Ebro, localidad burgalesa y muy cercana al País Vasco. Hubo algunos jugadores, pocos eso sí, que militaron en ambos clubes, que conocen Anduva y Martiricos por dentro. Uno de ellos es Iñaki Goitia, portero que llegó a ser capitán del filial y del primer equipo del Málaga (no deben existir demasiados casos) y que también militó una temporada en el Mirandés.
Mucho ha cambiado la vida del bueno de Goitia. Ahora vive en Málaga, concretamente en Alhaurín de la Torre, tras dejar el fútbol el pasado verano a los 33 años. Su mujer es de la tierra. También sus dos hijos. “¡Son boquerones!”, clama orgulloso, mientras relata su nueva vida, en la que sigue vinculado al fútbol de una forma más indirecta. Colabora con el Lauro como preparador de los porteros jóvenes y de segundo entrenador de un equipo de base. “Desde otra perspectiva”, apunta en una entrevista mantenida con ElDesmarque Málaga.
Goitia jugó 149 partidos con el Málaga entre el primer y el segundo equipo. Llegó en 2003 al filial siendo un veinteañero rebelde criado en los campos del norte. Un guardameta vasco, de los ocho en la historia del club. Rudos y sobrios. En poco tiempo se erigió como capitán y en 2005 debutó con el Málaga ante el Mallorca por una lesión de Arnau en una salida. Fue en Segunda, el año del ascenso, cuando ganó regularidad bajo palos. También la campaña siguiente. Era capitán de brazalete y uno de los jefes del vestuario.
Tengo muchos recuerdos, el Málaga fue el club donde maduré como persona, aprendí mucho a nivel personal y profesional y después de todo lo que pasó para bien y mal, el proceso concursal, casi la desaparición del club, y luego el ascenso y quedarnos a las puertas de Europa al año siguiente en Europa. Una etapa muy bonita
Luego se marchó al Betis, decisión de la que no se arrepiente: “Nos costó tomarla, pero creí en ese momento que era lo mejor para mi futuro y el de mi familia”. Tres años en Heliópolis para recalar después en el rival del Málaga en 1/16 de Copa, el Mirandés, en la 2012/2013. Lo jugó todo y aún mantiene amigos en el vestuario y en el club: “Les vi este año un par de partidos, tiene esquema de juego diferente al que comenzó la temporada pasada, un 3-5-2, y el fruto a eso es verlo en las partes nobles en una categoría muy igualada”.
Goitia sabe por experiencia la ilusión que se respira allí con la Copa. Cuando llegó a Anduva el equipo se había plantado en semifinales la campaña anterior tras eliminar a varios primeras. “Es un torneo ilusionante y motivador que gusta mucho allí. Intentarán sacar partido al duelo de ida como local. Meterán mucha intensidad y tienen la confianza que le están dando los resultados. Anduva tiene mucho ambiente, casi todo los partidos se llena, la gente está con su equipo y con el recuerdo de aquella Copa de hace cuatro años”, analiza.
Tras aquel año en Miranda de Ebro, Goitia militó dos campañas en el Alavés. Su contrato expiró el pasado 30 de junio. Y volvió a demostrar que es un tipo singular al dejar el fútbol profesional con solo 33 años. “Los críos ya tienen una edad (diez y siete años), y nos daba pena cambiarlos de colegio. Queríamos crear un núcleo social y centrarnos en ellos. Fue una decisión difícil de tomar, pero la pensamos y miramos por el bien de la familia. Ahora intento disfrutar de lo que no he podido hacer en los últimos 14 años”.
De modo que Goitia vivirá un duelo especial. Este jueves verá el partido por la tele y quiere acudir en persona al de vuelta en La Rosaleda. Sería la primera vez que lo hiciera: “Aún no se ha dado esa posibilidad y tengo ganas”.
Sigo al Málaga bastante, y creo que no es merecedor de los puesto que ocupa. El fútbol condena a veces a la mala suerte”, desliza, recordando que aún siguen de sus años aquí Weligton y Duda… Y los que nunca fallan: “Los trabajadores que trabajan por y para el Málaga, el cuerpo médico, los Pichitas, los fisio, el doctor… ¡El gato Romero que está de segundo!
Así es la nueva vida de Iñaki Goitia, un exfutbolista a los 33 años y amante de la tranquilidad y de su intimidad y la de su familia malagueña, ciudad que él también siente como suya en parte. Y, ojo, un aviso a navegantes de la zona, Goitia colgó los guantes, pero… “Nunca digas de esta agua no beberé, el fútbol me gusta muchísimo, no se puede pasar de un lado a otro de una forma tan drástica. Me ha gustado la competición siempre, así que uno no sabe que te puede pasar mañana…”.