El bloqueo catarí

Abdullah Al-Thani lleva sin aparecer por Málaga más de un año. Lo achaca al bloqueo político y económico que sufre Catar y en su momento aseguró que hasta que la situación no vuelva a normalidad no va a volver a pisar tierras malagueñas, donde paradójicamente el club del que es propietario y presidente agoniza debido al bloqueo al que lo tiene sometido él con sus (in)decisiones y sus repentinos cambios de rumbo. 

Así, 36 días después de consumarse matemáticamente el descenso a Segunda División, la entidad no ha cerrado ninguna operación. El Málaga no tiene entrenador ni director deportivo. A efectos contractuales lo sigue siendo Mario Husillos, pero la injerencia del jeque en la elección de Lucas Alcaraz para dirigir al equipo el próximo curso hizo que el argentino decidiera marcharse del club, una salida que todavía no está cerrada. 
En esas, los consejeros consultivos y Joaquín Jofre se pusieron manos a la obra en busca de una solución al enésimo entuerto generado por Al-Thani. El plan pasaba por contratar a Muñiz como mánager general, es decir, que el asturiano se encargara de confeccionar la plantilla y de entrenar al equipo para intentar devolverlo a Primera.
Jofre, de los pocos vestigios ejecutivos que quedan en la entidad, viajó a Catar para intentar agilizar la llegada de Muñiz, con el que todo estaba acordado a falta de que el jeque diera el visto bueno por escrito a que el técnico tuviera plenos poderes en la parcela deportiva. Pero el presidente, quién sabe si por iniciativa propia o porque alguien le esté asesorando por otro lado, no quiere a Muñiz como mánager general. Sólo contempla su llegada como entrenador al uso, una decisión que ha sentado mal a Muñiz tras las largas conversaciones mantenidas con el club y que ha propiciado la ruptura de éstas.
Así, todo vuelve al punto de partida. Mientras otros equipos ya se mueven, el Málaga sigue completamente paralizado. Ha perdido ese tiempo de ventaja que tenía para empezar a planificar una temporada importantísima para el devenir del club, y el gran problema es que sigue sin director deportivo y sin entrenador. Mientras tanto, Al-Thani continúa en Catar amparándose en ese bloqueo y bloqueando a su vez a toda una entidad que se está jugando el presente y el futuro.