De jugar en el Málaga B a escribir un libro para ayudar a promesas
Fueron, han sido y serán muchos, tal vez demasiados. Jóvenes radiantes, con talento, y tan hambrientos que quieren morder más de lo que pueden tragar. Promesas precoces que el fútbol endiosa. Guapos, ricos y famosos con demasiada velocidad. Algunos llegan a la élite y se mantienen. Otros quieren ser estrellas y acaban estrellados. Uno de ellos pasó por las filas del Málaga B hace unos cuantos años y ahora ha marcado con migas de pan el camino que no se debe tomar si es que se quiere ‘seguir jugando’, traducción metafórica de su libro autobiográfico y de autoayuda: ‘Still in the game’.
Se trata de Cherno Samba. Muchos lo recordarán, gambiano nacionalizado inglés que tuvo el honor de ser el primer británico en la disciplina del Málaga y que militó durante una temporada, la 2005/2006, en el filial. Año fatídico aquel, pues descendieron el primer y el segundo equipo, que apuró su última etapa en Segunda División de la mano de Juan Carlos Añón y el Lobo Carrasco. Samba llegó del Cádiz, tenía 20 años, y apenas sumó 53 minutos repartidos en cuatro encuentros, además de una expulsión ante el Lorca. Su retirada llegaría una década después, con sólo 30 años, y tras un periplo por clubes de segunda fila de Inglaterra, Finlandia y Grecia.
Samba había pagado demasiado peaje por ser uno uno de los mejores jugadores promesas del videojuego Football Manager para PC. “La mayoría de los jóvenes sueñan con ser futbolistas, pero para un muchacho del sureste de Londres se convirtió en una obsesión”, escribe a modo de introducción en una web en la que se comercializa su libro: “Esta es sin duda una historia única de la vida en la montaña rusa de un talentoso futbolista que estaba a punto de convertirse en una mega estrella con el Liverpool a la edad de 15 años, y promocionado como el jugador que ganaría la Copa del Mundo 2006 para Inglaterra”.
Samba, hijo de un portero de la selección de Gambia, empezó a destacar muy joven, anotando 132 goles en 32 partidos con 13 años en el Millwall y batiendo registros del mismísimo Michael Owen. "Es el mejor talento que he visto en cualquier parte", dijo entonces el mítico Teddy Sheringham, llegando el Liverpool a ofrecer 1,5 millones de libras por aquel escolar. El propio Owen lo llamó personalmente después para convencerle de que se fuera a Anfield, pero finalmente no ocurrió y su confianza menguó hasta el subsuelo.
El fútbol lo embulló entonces, entrando en el tinglado de agentes, ofertas, clubes… Y poco a poco, a pesar de ser fijo en las selecciones de Inglaterra hasta la sub 20, empezó su declive paulatino con punto y seguido en su retirada precoz. “Me dije a mí mismo que lo único que debería interesarme ahora era ganar dinero y concentrarme en cuidar de mi familia y de mí”, señala en su autobiografía. Dijo adiós al fútbol profesional, sin confianza y por una lesión. Lo hizo con la misma celeridad con la que dijo hola, y ahora quiere ayudar a esos jugadores que, como él, pretenden convertirse en estrellas del fútbol.
“Tendrás que leer el libro para descubrir qué sucedió en su vida, y no te decepcionará. Cherno sigue en el juego y ahora está entrenando a jóvenes en un club de la Premier League. El libro tiene un fuerte mensaje para los jóvenes, que al trabajar duro las esperanzas y los sueños pueden hacerse realidad, pero a veces no de la forma en que los imaginas”, explica en su web Samba, un ejemplo más de juguete roto que pasó por los campos de Martiricos y que ahora quiere ayudar con su ejemplo.