El 4-1-4-1 de Muñiz, un sistema con luces y sombras
La dura y dolorosa derrota sufrida a manos del Reus (0-3) fue un terremoto para el Málaga y tuvo consecuencias en la forma de plantear los partidos de Juan Ramón Muñiz. A raíz de ese encuentro el técnico asturiano consideró que las virtudes y ventajas del sistema 4-4-2 empleado hasta ese momento habían decrecido y buscó un cambio de dibujo, un golpe de timón en la pizarra en busca de mejor juego y resultados.
El cambio llegó en Zaragoza. En La Romareda el técnico buscó un nuevo rumbo y apostó por un 4-1-4-1. Y se volvió a Málaga con los tres puntos (0-2). Aquel día apostó por primera vez por Keidi Bare como titular (jugó los instantes finales en Gijón) y desde entonces el albanés es indiscutible. Lacen y N'Diaye formaron también en un once del que se cayó Adrián, que acabó marcando el 0-2 definitivo en los minutos finales.
Una semana más tarde, el Málaga sumó otros tres puntos ante el Lugo con N'Diaye, Keidi Bare y Adrián sobre el terreno de juego. El cambio de sistema reportó de entrada seis puntos y Muñiz se agarró a él. Pero desde entonces, el Málaga ha caído en picado y no coge el paso. Ocho jornadas disputadas, una victoria, seis empates y una derrota. Atendiendo únicamente a los resultados de 2019, el equipo blanquiazul sería undécimo en la clasificación.
El 4-1-4-1 ha dejado en las arcas blanquiazules 15 puntos en diez partidos. Un bagaje insuficiente teniendo en cuenta el ritmo con el que han ido sumando los rivales directos. Cuando el Málaga viajó a Zaragoza era cuarto a dos puntos del ascenso directo y a tres del liderato. Actualmente la desventaja es de seis y nueve puntos, respectivamente. En cuanto a sensaciones, el equipo no ha mejorado su producción ofensiva y defensivamente no se está mostrando, ni mucho menos, más seguro que en el arranque del campeonato.
Muñiz y sus futbolistas se juegan una final este domingo en Tarragona. Urge ganar y recuperar la buena senda después de una crisis de resultados que amenaza con llevarse por delante las opciones de ascenso directo a Primera División. El balance del 4-1-4-1 arroja luces y sombras. Está por ver si Muñiz se mantiene firme en su idea de continuar con el trivote o si decide recuperar su dibujo inicial y jugar con dos delanteros.