Una construcción plana
El Málaga intentó asaltar el Ramón de Carranza gobernando con el balón. Se lo cedió el Cádiz, que adelantó las líneas para presionar la salida de los de Víctor Sánchez del Amo. Desde que aterrizó en Martiricos el técnico madrileño, fue el partido donde el equipo malagueño más tuvo el balón, con un 66% de posesión (49% ante el Alcorcón y 56% frente al Mallorca). Sólo dos veces en esta temporada el conjunto malaguista se apoderó del esférico, contra el Nástic (72%) y el Sporting de Gijón (69.5%) en La Rosaleda. No obstante, un dominio que se tradujo en una construcción inocua del juego, que no servía para batir líneas rivales y crear peligro.
De hecho, es llamativo que los futbolistas que más pases acertaron son los que más pisan el área propia. Lombán dio 81 pases 'buenos' (85%), por 68 de Munir (87%) y 64 de Pau Torres (81%), según datos de ProFootballDB. El que le sigue es Keidi, con 50. Una gran diferencia que se acentúa si se miran las estadísticas amarillas, con Aketxe como más destacado con 23 aciertos en esta faceta del juego. Unas cifras que evidencian que los visitantes no fueron capaces de superar la red invisible que puso Álvaro Cervera, que supo contener al Málaga. Así, el equipo malagueño dio un total de 496 pases, siendo más del 50% de ellos de defensas, costándole poner el balón domado en el campo contrario. En la primera parte se abusó más del balón al largo, pero en la segunda el fantasma del Málaga de 2019, inocuo con el balón y temeroso, estuvo más que presente.
Lo hablaba después Víctor en rueda de prensa. "Vinimos a intentar conseguir la victoria levando la iniciativa. Fue un partido muy igualado con mucha posesión por nuestra parte, pero esta vez no fuimos capaces de convertirla en un gran número de ocasiones", lamentaba el entrenador, que explicó por qué el duelo discurrió por esos cauces: "Nosotros tratamos de asegurar pases para evitar sus contraataques y el Cádiz tampoco arriesgó. De ahí las pocas ocasiones generadas durante el partido". Una superioridad estéril con balón, que en Cádiz no ofreció réditos.
Es que en ningún partido del Málaga bajan los centrocampistas a pedir la pelota ni a defender las contras rivales porque son unos flojos, dejan sólo siempre a Keidi Bate a pedir la pelota mientras que Ndiaye, Ontiveros, Renato, Adrián (se creen que son mediapuntas o algo)) se meten casi en el área rival esperando un pase largo complicado y peligroso y aunque llegara a su destino el 10% de las veces y se controlara luego se quieren meter por el centro y eso es casi imposible, y sólo se consigue algo de peligro cuando el 1% de esos ataques se intenta llegar por alguna banda.