El sueño se convirtió en pesadilla. El plantel acabó hundido, como no podía ser de otro modo. Muchos de los jugadores se retiraron del terreno de juego entre lágrimas. El más afectado fue sin duda Munir, que estaba desolado. El guardameta melillense no estuvo bien en el gol del Dépor (en vídeo aquí) y tampoco en el grueso de la eliminatoria. Pero ni sus compañeros ni la afición permitieron que el meta se hundiera, un gesto de grandeza del vestuario y de los aficionados que todavía quedaban en La Rosaleda para despedir a los suyos.
Desde el minutos 82, en el que Bergantiños marcó con ese fuerte disparo que no atrapó y se acabó colando en su portería, Munir apenas podía levantar la cabeza. Se ponía las manos en la cara, desolado, quizás pensando en cómo pudo haber cometido ese fallo. Una vez acabó el duelo, recibió abrazos y besos de todos, de sus compañeros, del cuerpo técnico, y también de los rivales. Fue el primero en marcharse al vestuario, pero la afición se dio cuenta de que no estaba sobre el verde y quería despedirse de él. Corearon fuerte su nombre mientras Josemi y Ricca fueron a la caseta a por él, y volvió a salir a la vez que la grada le brindaba una ovación. Él, emocionado, devolvía el cariño con gestos de agradecimiento y a la vez de perdón.
"Tenemos que darle las gracias porque ha hecho una gran temporada. No ha estado con su selección por estar con nosotros. Durante LaLiga nos ha salvado en muchos partidos, nos ha dado muchos puntos y sería injusto echarle la culpa de lo que ha pasado", dijo tras el partido Adrián, uno de los que más le apoyó.
Munir falló, sí, pero no se puede culpar de que el Málaga no haya conseguido el objetivo. De hecho, el equipo este sábado no consiguió ver puerta y necesitaba al menos dos goles (tres contando con el encajado). Obviamente le tiene que doler haber cometido ese error, si no no sería humano. Pero también debe entender que ese cariño de la afición y de sus compañeros es por algo. Y es que Munir ha dado muchos puntos al Málaga este año pese a que en el play off de ascenso no haya estado todo lo acertado que hubiera querido.
Además, el meta internacional marroquí ha forzado y presionado para poder estar bajo palos en esta promoción. Marruecos le citó para la Copa África y sus compañeros llevan concentrados desde primeros de mes, pero Munir quería jugar el tramo más importante del curso con el conjunto blanquiazul. No quería marcharse y lo consiguió, aunque obviamente no ha sido el final esperado para él.