Los momentos claves de la temporada del Málaga

El Málaga cerró con tristeza y entre lágrimas la temporada. El ascenso no será posible y el equipo continuará compitiendo la próxima campaña en LaLiga 1|2|3. Los diez largos meses de dura competición que ha afrontado el conjunto blanquiazul no han tenido final feliz. Por el camino han quedado momentos buenos, alegrías, mucha ilusión y también un buen número de sinsabores. Situaciones que han dado composición a un ejercicio que queda empañado por un final decepcionante y por las dudas que se presentan en torno al proyecto a partir de ahora.

Ha habido muchos momentos importantes durante la temporada. Desde el comienzo, y de la mano de Muñiz, el equipo fue capaz de parar la caída que traía tras su pésimo año en Primera y arrancó con fuerza, ganando los cinco primeros partidos e ilusionando al malaguismo desde el principio. Eso le mantuvo líder y en puestos de ascenso directo muchas jornadas.

El primer gran borrón llegó en Pamplona, un duelo que acabó con remontada en contra (2-1) fruto de un puñado de decisiones arbitrales muy discutibles. Una derrota premonitoria. Por entonces Osasuna aún no había confirmado lo que sería después su temporada. Aquel fue el principio del resurgir navarro y de la caída progresiva de los blanquiazules.

Otro revés que marcó el curso fue el sufrido el día de Reyes ante el Reus en La Rosaleda (0-3). Un varapalo tremendo ante un equipo desahuciado del que costó reponerse. Luego llegaron los nefastos fichajes invernales. Ni uno solo de los incorporados ha dado siquiera un rendimiento mínimo. Iván Alejo, Erik Morán, Seleznyov, Brezancic y Werner han resultado, en su totalidad, un fiasco y su aportación ha sido nula.

En enero se inició también el sombrío periodo en La Rosaleda, donde el equipo acumuló siete jornadas consecutivas sin ganar. Ahí se le esfumaron la mayor parte de las opciones de ascenso. Esa etapa coincidió con la sequía de Blanco Leschuk, que estuvo cinco meses sin ver portería (del 29 de octubre al 29 de marzo). En primavera también llegó el masivo desplazamiento a Los Cármenes. 3.000 malaguistas viajaron hasta la vecina Granada y se volvieron de vacío en un partido que dejó muy tocado a Muñiz. Otra cita clave que se fue al limbo y con ella casi todas las opciones de ascender de forma directa.

Muchos señalan que la destitución del técnico asturiano llegó demasiado tarde, que con Víctor un mes antes en La Rosaleda el desenlace habría sido diferente. Opiniones hay siempre para todos los gustos. Pero las certezas son menos. Y la única certeza después de todo es que el Málaga seguirá en Segunda un año más.

Poco se le puede reprochar a Víctor más allá de alguna decisión puntual (cuesta digerir la alineación de Harper e Hicham en el partido decisivo), pero es innegable que su llegada cambió la cara al Málaga, multiplicó las prestaciones y renovó por completo las esperanzas de ascenso. Sin embargo, el Málaga se estrelló en Riazor en una segunda parte lamentable que le ha condenado a permanecer otro año en el pozo de LaLiga 1|2|3.