... Y la Copa África perjudicó al Málaga
Nadie puede decir que no se sabía. O que no se advirtió. Al final se cumplieron los peores pronósticos y la Copa África influyó de una forma directa en el devenir del Málaga esta temporada. El equipo blanquiazul estará otro curso en el infierno. Quién sabe si eso hubiera ocurrido así con Alfred N’Diaye sobre el campo en la segunda parte del Dépor-Málaga, donde se rompió la eliminatoria con un centro del campo superado y con una carencia de recursos desde el banquillo para paliarlo. O con Munir sin el runrún de si estaría finalmente y el desgaste indirecto extra que eso le ha supuesto. Son cosas del fútbol, ciertamente, pero que han perjudicado al equipo blanquiazul.
N’Diaye, no lo olviden, era pieza clave del Málaga y piedra angular del proyecto. Las maniobras para retenerlo fueron baldías. Se volvió a echar de menos la falta de fuerza del club en este tipo de cuestiones (algo ya habitual) y de la dirección deportiva (Caminero-Juan Rodríguez). El jugador lo intentó, la federación estuvo convencida, pero el seleccionador Aliou Cissé fue una veleta y finalmente no quiso dar su brazo a torcer. Nadie del Málaga se presentó en Alicante para presionar, y cuando lo hizo N’Diaye ya era demasiado tarde. El partido de ida lo vieron todos. Y el de vuelta, también. Quedó palpable que N’Diaye no tiene sustituto en la plantilla, y Víctor incluso cambió el sistema este sábado por su ausencia. Un sistema que, por cierto, con el franco-senegalés había dado muy buenos réditos colectivos e individuales, con la mejor versión del africano en todo el curso.
Munir logró quedarse, aunque sus play off han sido decepcionantes. Su liga regular sí fue francamente buena, dando puntos con paradas de mérito. Pero, más allá del admirable compañerismo y profesionalidad de Kieszek, para un portero ir y venir con su selección y que la competición no pare no debe ser un plato de buen gusto. Y mina. El polaco también jugó muy bien cuando le tocó, y el debate sobre quién debía acabar la temporada bajo palos flotó en el ambiente. En un destacable ejercicio de compromiso, Munir se quedó en Málaga, pero no ha tenido fortuna en ninguno de los dos partidos y la presión ha hecho el resto. La Copa África ha tenido en su caso una influencia indirecta.
Por suerte, el año que viene no se juega, aunque el problema no es la competición africana en sí, sino el formato caduco, eterno y perjudicial para los clubes de LaLiga 1|2|3. Tomen nota, señores de LaLiga, al Málaga este año le han fastidiado. Por lo pronto, para el año que viene y como fomento al absurdo, se han dispuesto unos play off de cuatro semanas (31 de mayo-21 de junio)...
El respeto es muy importante y los jugadores africanos no son todos que hacen el ramadan, además de eso tienen derecho de ir a sus selección cuando les necesitan, y porque no hablas de los europeos,asiáticos, americanos ect... que van a sus países. Hay que hablar de cosas más importantes y respetar la cultura de cada uno.
El problema es que los clubs, que son los que pagan, no pueden contar con los jugadores, cuando los necesitan. Durante la temporada también han faltado a algunos partidos, debido a las competiciones de sus países. Por no hablar de los problenas con los visados. Además está el tema de la nutrición en el ramadan. No sé si merece la pena gastar dinero en jugadores africanos.