Cuesta quedarse en la gran mayoría de los casos con el nombre (más bien con los dos apellidos) de los árbitros de LaLiga SmartBank. Son menos mediáticos y el Málaga CF es, como quien dice, un recién llegado a la categoría. Sin embargo, hay algunos que se quedan en la memoria... y hablando de colegiados siempre suele ser por lo malo. Es el caso de Óliver de la Fuente Ramos, que se vuelve a cruzar en el camino de los blanquiazules casi un año después de su primera y única vez.
De la Fuente Ramos, lo recordarán, fue el árbitro de aquel partido entre el Osasuna y el Málaga del curso pasado y desde entonces forma parte de la ‘lista negra’. Un encuentro que supuso un antes y un después para el cuadro 'rojillo' y para el blanquiazul, que acabó derrotado y desquiciado con el colegiado vallisoletano, muy joven de edad pero experimentado en la categoría (27 años y sexta temporada). En medio del ambiente hostil típico de El Sadar, De la Fuente Ramos perdió el control del duelo, sacó ocho amarillas a los jugadores blanquiazules y expulsó a dos de ellos: Blanco Leschuk y N'Diaye. Osasuna remontó en tres minutos y fue ganando peso en la competición tras aquella cita, al revés que el Málaga, que perdió gas de forma paulatina.
El vesturio 'alzó' la voz tras el partido y De la Fuente Ramos tuvo ‘neverazo’. Días después, y pese a su redacción del acta, Competición levantó la sanción de uno de los expulsados: Blanco Leschuk y fue benévolo con el otro: N’Diaye. Desde aquel partido (noviembre de 2018), De la Fuente Ramos no volvió a pitarle ningún partido al Málaga. Hasta esta jornada, en la que la RFEF ha notificado que será el responsable de dirigir el Deportivo-Málaga de la duodécima jornada de LaLiga SmartBank (Pulido Santana estará en el VAR, que pocas alegrías ha dado hasta ahora, por cierto)