Pocos hubieran pensado en junio que Mikel Villanueva iba a tener un papel importante en el Málaga CF esta temporada. Pero el fútbol es así de cambiante e imprevisible. Tras su doble cesión en el Reus y el Nástic el curso pasado, el venezolano se incorporó a la pretemporada después de jugar la Copa América con su selección y acabó quedándose en el plantel, en gran medida por la situación institucional y la imposibilidad de fichar. No tuvo demasiado protagonismo en el arranque, y el primer partido que jugó, ante Las Palmas, no estuvo acertado. Pero supo levantarse Mikel Villanueva, que se ha asentado como lateral izquierdo.
Con él en ese costado de la defensa el Málaga ha conseguido sus últimas dos victorias consecutivas en Riazor, donde además vio puerta a la salida de un córner, y en La Rosaleda ante el Oviedo, completando una notable actuación. Ante la ausencia de Juankar por lesión, las opciones de Víctor Sánchez del Amo pasaban por Cristo, Diego González o el propio Mikel. El filial salió de inicio como carrilero ante el Cádiz, pero contra el Dépor actuó como extremo. En tierras gallegas, en lugar de apostar por el gaditano como hizo otras veces anteriormente, el madrileño decidió dar la alternativa al venezolano, cuyos primeros minutos como lateral este curso llegaron en el Carlos Belmonte, precisamente tras una lesión de Juankar. De cualquier modo no es una posición que le sea desconocida ya que suele jugar ahí frecuentemente con su selección.
Con Mikel Villanueva en ese flanco en el 4-4-2, el Málaga gana en seguridad defensiva. Al ser un central reconvertido, el vinotinto protege más esa parcela, es más sobrio y se compenetra bien con los centrales. Otro punto a favor es el juego aéreo, tanto en tareas defensivas como ofensivas. Por contra, es menos veloz que Juankar y Cristo y no tiene tan interiorizado el hecho de subir la banda, aunque frente al Oviedo se soltó y se le vio bastante activo en ataque sacando incluso algunos 'olés' del público y siempre con criterio. Se ha ganado el puesto Mikel, y a día de hoy parece complicado que se lo quiten. Quién se lo iba a decir en verano, cuando tenía muchas papeletas para abandonar la disciplina blanquiazul...