Antoñín, tres camisetas y tres destinos
Anda Antoñín en una nube tras gobernar el último triunfo del Málaga. En La Palmilla le paran a cada esquina y su popularidad ha aumentado no sólo en el barrio, sino también en el resto de la ciudad y del país. Ahora atiende entrevistas de rango nacional, como la del programa ‘Juego de Plata’ de Onda Cero, en el que confesó qué ha hecho con las tres camisetas más significativas de sus primeros escarceos oficiales con el Málaga.
“La del primer día se la di un amigo mío que es como mi hermano porque siempre me ha acompañado de pequeño a entrenar y ha estado conmigo. La del Sporting la tengo en mi casa enmarcada, y la del gol la tiene un primo mío que se la regalé el otro día”, señaló Antoñín. Entendemos que su primo la obtendría antes de que Antoñín entrara al vestuario del Málaga tras el triunfo en paños menores. "Cada persona que me ve me van parando. Entradas me han pedido muchísimas y camisetas no hay suficientes", bromea.
Fue una de las muchas curiosidades que contó Antoñín, de sólo 19 años, y al que no le gustan los tatuajes: “Sólo tengo uno de un primo pequeño que está arriba en el cielo”. Defendió a su barrio, La Palmilla, “un barrio humilde”, y al 26 de Febrero, su club de cuna: “Trabaja muy bien, porque a los niños que están en la calle le dan sus botas, su ropa… Le dicen de la importancia de los estudios”. No obvió tampoco el curioso pacto con su padre: “De pequeño él venía y yo me ponía nervioso. Le dije cuando no tenía ni diez años que no quería que viniese hasta que llegara a profesional. Eso es complicado, me dijo. Pero lo convencí y ahora está muy contento”.
“Lo tengo clarísimo, el Málaga es club de mis sueños, el que siempre he soñado y en el que quiero estar toda mi vida”
Sobre su futuro fue más claro imposible: “Lo tengo clarísimo, es el club de mis sueños, el que he siempre soñado y en el que quiero estar toda mi vida”. Y rememoró su gol al Oviedo en primera persona: “Eché a correr a la espalda, vi que el central estaba muy cerca mía, me la orienté a un lado, fui metiendo el cuerpo y cuando veo portería, gol”. Luego provocó el penalti, pero…“el penalti es para Adri, eso está claro. Si se lo pido sé que me lo da, pero los penaltis son para Adri”.
Confesó dudas propias en verano, porque no jugaba apenas ni con el filial, pero apareció Pellicer: “Me ha ayudado muchísimo, contaba conmigo, me dijo que no iba a salir, que trabajara que iba a contar conmigo. Al final estamos para jugar”. Y habló de su carácter, “lo tengo desde pequeño y eso no lo cambio, es algo bueno”; de la presión: “no debe existir, yo me dedico a entrenar y a jugar”; y del vestuario: “Estamos cerca, muy unidos y nos ayudamos en todo lo que podamos. Me tratan muy bien”.