La Copa destapa las primeras críticas a plantilla y cuerpo técnico

La Copa del Rey ha dejado las primeras cicatrices profundas. Había magulladuras después de la mediocre temporada hasta la fecha del Málaga CF, pero la derrota frente al Escobedo destapó las primeras críticas serias. No hay dudas en que LaLiga Smartbank está en la primera posición de prioridades, pero se arrastró el escudo en el Eusebio Arce frente a un equipo de una dimensión muy inferior. Ahora los de Víctor entran en un nuevo escenario, con necesidad urgente de victoria y de ganarse de nuevo la incondicionalidad de parte del malaguismo, que mandó un aviso serio a plantilla y cuerpo técnico.

Pese a la ausencia de triunfos, el equipo malagueño ganó cuatro partidos de los 21 oficiales que jugó desde agosto, hubo mucha consideración y comprensión por la delicada situación institucional, con obvias consecuencias en lo deportivo. Se fueron agotando esas balas y el tropiezo en Camargo parece marcar un antes y un después. El fondo se entiende, las formas enervan. Contra un Tercera la escasez de efectivos, el viaje, el descanso u otros factores como el cambio de superficie son argumentos superfluos. El partido contra el Lugo, con los mismos puntos, aparece como un clavo ardiendo. Una victoria puede apagar varios fuegos, pero una derrota avivarlos.

El partido contra el Lugo, con los mismos puntos, aparece como un clavo ardiendo. Una victoria puede apagar varios fuegos, pero una derrota avivarlos

En consonancia pierde fuerza también el discurso de Víctor, con los mismos asideros desde verano. Caló entonces, pero ya es recurrente y en algunos puntos falto de fondo. No satisfacen sus explicaciones del descalabro copero. Tampoco las del vestuario, con el que se fue benevolente hasta ahora. Las palabras, con crítica superficial y cargada de tópicos excepto en casos aislados, ya no se corresponde con la realidad. Se le acaba el crédito a muchos futbolistas con más nombre que rendimiento, muy por debajo de las expectativas. La mayoría ya lleva en sus piernas el descenso desde la élite y no se olvida en el imaginario colectivo. La noticia positiva es el partido del sábado, que está a la vuelta de la esquina. Una buena oportunidad para limpiar la atmósfera negativa, respirar y comenzar el 2020 con la mirada más limpia.