La turbulenta mañana en el Estadio Ciudad de Málaga hizo perder la perspectiva del entrenamiento del Málaga CF. Una sesión lógicamente marcada por todo lo ocurrido durante este martes, día en el que el cuadro blanquiazul decidió suspender de sus funciones a un Víctor que, horas antes, aseguró estar siendo víctima de una extorsión tras la publicación de un vídeo íntimo. Sea como fuere, al equipo le tocó volver a entrenar y lo hizo en una sesión que comenzó con retraso y que fue totalmente hermética y sin presencia de medios de comunicación.
Una vez los jugadores entraron en las dependencias del estadio -ninguno quiso hacer declaraciones sobre el asunto-, y bajo la mirada de Manolo Gaspar, Duda o un Richard Shaheen que abandonó el entrenamiento a bordo de un vehículo a toda velocidad. En el plano deportivo, el encargado de tomar las riendas de la primera plantilla fue David Dóniga, el segundo de Víctor Sánchez del Amo. Acompañado del resto de miembros del cuerpo técnico -Nacho Oria, Koke Contreras o Enrique Ruiz-, Dóniga llevó el control de una sesión mirando al duelo ante la Ponferradina.
El equipo saltó con unos 45 minutos de retraso y el entrenamiento transcurrió durante alrededor de una hora, con un apartado para un circuito físico y otro para el trabajo más puramente táctico. Los lesionados continuaron realizando sus respectivos ejercicios de recuperación alejados del grupo y dos futbolistas, Boulahroud e Iván Rodríguez, abandonaron el entrenamiento antes de tiempo a causa de sendos procesos febriles.