El partido entre el Málaga CF y el Numancia tuvo todos los ingredientes necesarios para que nadie se aburriera. Goles, polémica, emoción, sufrimiento, VAR… Pero nadie contaba con la atracción secreta que surgió en la grada de Tribuna Baja durante la segunda parte del partido. Un extranjero, al que llamaremos cariñosamente ‘guiri’ se metió a toda la grada en el bolsillo. Como suena. Los que lo vivieron sabrán de lo que estamos hablando. El balón iba por un lado y los gritos de los seguidores por el otro al compás del guiri. “¡Libertad, libertad!”, gritaba La Rosaleda cuando los miembros de la seguridad privada del estadio amagaban con echarlo. No, no era el Camp Nou ni había política de por medio. Sólo diversión.
Su historia y su capacidad de llamar la atención empezó un rato antes, cuando el guiri irrumpió en la zona de prensa antes del partido con varios amigos y con pinta de haberse pasado con el pajarete. La seguridad, entonces sí, le invitó a salir de la zona reservada de trabajo, entrando posteriormente de nuevo a La Rosaleda por la puerta que se correspondía con su localidad. En la segunda parte fue cuando se echó la animación a la espalda, con medio estadio en pie, incluido el Fondo Sur 1904, y pendiente a sus ocurrencias, bailes, saltos y gritos de “¡Málaga, Málaga!”. “Es un fenómeno”, decían los que lo tuvieron cerca. “Ha llevado al equipo a la victoria”, decía otro en la red social Twitter adjuntando un vídeo como prueba.
Así que en un partido que estuvo marcado por el cortejo fúnebre previo y por la emoción que trajo consigo, este guiri fue el abanderado de la afición en la segunda parte. Sin duda, y con el permiso del fútbol, fue la gran atracción de La Rosaleda.