El Málaga dio este martes un paso más en su preparación física y táctica de cara al inicio de la competición. Como estaba establecido, pasó a conformar dos grupos de 14 jugadores (12 de campo y dos porteros) que entrenaron en dos turnos: el primero lo hizo a partir de las 8:45 horas en el Anexo, mientras que el segundo realizó su sesión en La Rosaleda a las 10:15 horas (ver vídeo superior). El entrenamiento, que cada vez cobra más intensidad, se desarrolló en ambos casos por espacio de una hora y media. Dos jugadores, Pacheco y Ramón, lo hicieron al margen.
Entrenaron en solitario en otro momento de la mañana, obviamente dentro de las instalaciones de Martiricos pero sin llegar a coincidir con los dos grupos mencionados. Esto no quiere decir que haya lesiones de por medio, pero sí que se mira con lupa las distintas evoluciones por sendas molestias. En el caso de Pacheco hablamos de la talalgia de su pie izquierdo que ya le creó problemas antes del parón obligado y que le obliga a seguir un tratamiento específico, mientras que a Ramón arrastra problemas en el hombro tras una caída el lunes y estará varios días al margen.
La nueva disposición de los entrenamientos permite a Pellicer y su cuerpo técnico elevar el número de integrantes de los habituales partidillos, la muestra más competitiva y más cercana a lo que se encontrarán cuando vuelva LaLiga SmartBank. La intensidad y el ritmo, pese a los grupos reducidos, crecen cada jornada. Además, han aumentado la realización de ejercicios de centros con remates a portería, a la espera de que el protocolo de LaLiga culmine con un último período de entrenamientos con la totalidad del grupo. Será entonces cuando todos los sentidos se pongan en el Huesca.
En otro orden de cosas, y ciñéndonos al aspecto de prevención de riesgos contra posibles contagios por coronavirus, La Rosaleda pasará en las próximas horas un nuevo proceso de nebulización y desinfección en sus instalaciones. No es la primera vez que ocurre y no deja de ser un aspecto necesario más para prevenir cualquier riesgo dentro de un protocolo estudiado hasta el más mínimo detalle.