Sudoku para el Málaga, respiro para el Huesca

Los protagonistas del fútbol, los que realmente saben de esto, venían avisando desde hace semanas de la complejidad que tenía para el futbolista arrancar tras dos meses parados con una recta final de temporada tan inusual en el horizonte. Entrenar en solitario y después en pequeños grupos ha servido para poner la maquinaria a funcionar, pero no para domesticar al cuerpo como se requiere tras tanto tiempo parado. De ahí el riesgo aún mayor de lesiones que se han presentado de golpe en el Málaga, complicando a cinco días la convocatoria y el once a Pellicer. Llega un nuevo rompecabezas para el castellonense mientras que en Huesca, su rival en el banquillo, Míchel, sólo tiene buenas noticias.

Porque el técnico oscense tiene a toda su plantilla disponible. Si bien llegó al parón con jugadores importantes 'tocados' y fuera de la dinámica del grupo, el que fuera jugador del Málaga ha recuperado tras la vuelta a los entrenamientos a hombres como Doukouré, clave en su sistema, a un Eugeni Valderrama que ha tenido tiempo de lesionarse y de recuperarse desde que el equipo volvió a entrenar. Si el problema para Pellicer puede ser regatear el riesgo de alineación indebida -el Málaga hizo una petición formal a la RFEF en este sentido-, el de Míchel será todo lo contrario.

Dos jugadores por puesto en una plantilla hecha para subir. Eso es lo que tiene a día de hoy entre sus manos Míchel, una circunstancia que obviamente puede pesar en el transcurso del encuentro, aunque también el trabajo hecho en esta fase de preparación y esa mezcla a la que todos aluden entre forma física, talento y psicología. Entran en juego factores que, si bien antes del coronavirus eran vitales, ahora cobran una mayor importancia teniendo en cuenta el silencio que habrá en los estadios el calendario apretado.