Primer atajo a la sombra

No es un cara o cruz. Tampoco una final. Tendemos los medios a darle una trascendencia vital a todos los partidos, y este no debería ser una excepción porque el Málaga CF se enfrenta a un rival directo por la salvación cuando sólo quedan cinco encuentros para el final, con la tabla comprimida por abajo y el 'goal-average' en juego. Sí, el Málaga-Albacete es importantísimo porque puede marcar o condenar una tendencia, porque ganar sería coger el primer atajo a la sombra de la tranquilidad, huir del sol abrasador. Empatar seguir por la calle de en medio. Pero en caso de derrota habría otro duelo directo el miércoles como mal menor. Se trata de ganar, de eliminar rivales, y también de que los demás sumen menos.

Los blanquiazules están bien, con cinco partidos consecutivos sin perder y tres sin recibir un gol. El triunfo ante el Girona y el empate en Vallecas devolvieron sensaciones necesarias. Enfrente el Albacete, que viaja este mismo domingo con seis bajas y en descenso virtual pese a no haber perdido en los últimos cinco partidos (9 sobre 15).

Tres días después de un partido exigente en Vallecas con viaje a deshoras incluido, Sergio Pellicer debe recomponer un once de garantías para recibir al Albacete. Será el primero de los dos partidos consecutivos que el Málaga afronte en La Rosaleda ante rivales directos. En 180 minutos de competición el cuadro blanquiazul tendrá el horizonte más despejado o con más nubarrones. Será uno de los aspectos que tendrá que conjugar Pellicer para armar su equipo, además del capítulo físico tras tantos encuentros, los méritos contraídos por los jugadores, y el regreso al ruedo tras sanción de dos teóricos fijos: Sadiku y Adrián.

Parece claro que la coraza defensiva con tres centrales y dos carrileros es inamovible, por lo que, si no hay alguna limitación física o sanitaria, Cifu, Juande, Lombán, Diego y Juankar seguirán en sus puestos. También Keidi, que estuvo acompañado en Vallecas por Ramón en la primera parte y por Benkhemassa en la segunda. Esta posición es una de las incógnitas. Si se trata de premiar, el argelino lo hizo bien en Madrid. Si se trata de galones, jugaría Adrián.

Lo mismo ocurre con Buenacasa, que fue el mejor en Vallecas. Si regresa Sadiku, Pellicer debería prescindir del maño de partida, o apostar por jugar con los dos en un tándem por ahora inexplorado. Renato Santos sería el sacrificado, aunque a Tete se le vio algo exprimido el jueves, y Juanpi, suplente en Vallecas, también puja por volver al equipo inicial.