Munir, Zamora de LaLiga SmartBank, comenzó sus vacaciones con la tranquilidad que dejó la salvación y las dudas que alumbra el futuro. A título personal está seguro de sus deseos, no se quiere mover del Málaga CF. Sin embargo, sabe que la situación sigue siendo peliaguda y que no todos caben la próxima temporada. Al menos, no con los sueldos hasta la fecha. "Hay que descansar y esperar que todo lo que hemos sufrido merezca la pena para hacer un proyecto para competir. Quiero estar aquí y disfrutarlo. Quiero seguir, tengo contrato y estoy feliz aquí, siento el cariño de la gente. Claro que quiero seguir", declaró el arquero.
En una conversación con 'Ser Deportivos Málaga' aseguró que el club aún no ha hablado con él sobre una posible rebaja salarial, poniéndose a disposición de la entidad: "Si viene el administrador y dice que no podemos pagar, yo estaré a disposición del Málaga para que lo necesite". Otra posibilidad que se puede llegar a manejar es que se vea obligado a salir del club. "Si necesitan que me vaya, tendré que irme aunque me duela mucho. Si puedo ayudar así, pues lo haré. Aún no hablé con mi representante, no quería saber nada en este tramo final. Quería centrarme y ahora descansar. No sé nada de ofertas", apostilló.
En otros términos, reconoció que lograr el Zamora "es un premio al trabajo, al esfuerzo y a la dedicación de todo el equipo", que se ha "dejado el alma en cada partido para no encajar". "Mi único objetivo durante todo el año era salvar al equipo, superar obstáculos que hemos tenido y centrarnos en lo deportivo y hemos conseguido salvar a Málaga de un año que ha sido un desastre a nivel extradeportivo. Ahora no somos conscientes igual, pero tiene muchísimo mérito", sentenció al respecto.
Munir acabó el curso de pico alto, aunque desveló que tras el reinicio de los entrenamientos después del parón no se notó cómodo: "No me encontré a gusto, no estaba bien a nivel de confianza. El partido de Huesca me ayudó mucho para los siguientes. Me dijo: 'Despierta, que está la competición, que te tienes que exigir'. Fue un aviso, un toque de atención. Las sensaciones fueron muy malas, jugar sin público, llevar meses sin jugar... Fue un toque de atención. En Tenerife cogí confianza y me encontré bastante bien después".
No escondió la dureza del ERE en la entidad, que se ha llevado por delante a personas como Torrontegui, con las que tenía un especial cariño. "Yo me siento responsable, he llevado esa carga por no haber conseguido el ascenso el año pasado. Siempre piensas que ellos seguirían si hubiéramos subido. He estado fastidiado y les tengo mucho cariño", dijo.