No se confundan. Este Mackay (Ian, nacido en La Coruña hace 34 años e hijo de padre escocés) no tiene nada que ver con Roy Makaay, exdelantero del Dépor o del Bayern de Múnich y también de la selección holandesa. Jugar en la cantera deportivista hizo que más de uno pensara que eran padre e hijo. "Llegaron a decir cuando fui convocado con la selección escocesa que yo era hijo de Makaay. Yo con 14 años y Makaay con 27", explicó en una entrevista en La Voz de Galicia el propio Mackay, que este domingo se enfrenta al Málaga CF y que es un superviviente del fútbol que se convirtió en héroe el pasado verano y que viste de rosa como homenaje a sus padres, ambos fallecidos por culpa del maldito cáncer. También les rinde tributo en sus guantes como se puede ver en la imagen que acompaña estas líneas.
"Espero que mis padres me sigan protegiendo desde el cielo", decía emocionado Mackay después de ser el héroe del Sabadell en la eliminatoria del pasado play off a LaLiga SmartBank ante la Cultural Leonesa. En los penaltis se hizo gigante y los arlequinados pasaron de ronda, logrando finalmente el ascenso ante el Barcelona B en un partido en el que Mackay volvió a lucirse con buenas paradas. Vestido de rosa y con una mirada puesta en el cielo, aunque en ocasiones haya tenido que ingeniárselas para convencer a los árbitros de su atuendo. "A veces tuve problemas para poder lucirla, ya que algunos árbitros van de rojo", explicó en As Mackay, sentenciando sobre el asunto: "Mi camiseta es un tributo para ellos, tengo la sensación de que me protegen".
Mackay ha encontrado su mejor momento en plena madurez, después de vestir 11 camisetas distintas a lo largo de su carrera. Lejos queda ya aquella final del Trofeo Teresa Herrera de 2006 ante el gran Milan de Pirlo, Kaká y compañía en el que el portero, con 19 años y avalado por Joaquín Caparrós, se convirtió en un muro infranqueable para el otrora campeón italiano. Su gran noche, que diría Raphael, aunque no le valió para afianzarse en la portería del Dépor. Ahí comenzó su peregrinaje por el fútbol español Mackay, hombre de raíces arraigadas (se casó con el kilt -falda escocesa- por tradición familiar) que en cada partido tiene un espacio guardado para sus padres.