Tenía que ser alguien que llevara la palabra Dios en su nombre el que en la semana del triste deceso de Maradona, para muchos el más grande del Olimpo futbolístico, se convirtiera en luz celestial para el Málaga CF. Juan de Dios Rivas Margalef, 21 años y sólo 24 partidos en el fútbol profesional. 24. El dato abruma cuando uno ve jugar a Juande, que tiene errores como cualquier hijo de vecino pero al que rara vez le tiemblan las piernas. Se consagró con el Málaga jugándose la vida y está creciendo al mismo ritmo del equipo, acaparando focos, titulares y hasta portadas.
Porque Juande, sin hacer ruido, es el máximo artillero del Málaga. Un central, sí. Cuatro goles tras los dos que le hizo al Lugo, cada uno con un registro diferente. De zurda, el primero; de coronilla, para empatar a dos. Ver a Juande arriba en la tabla de artilleros es algo circunstancial y, más allá de la complejidad o la importancia de los goles, probablemente haya que quedarse con la rabia de sus celebraciones. El golpe al escudo, el beso del compromiso. Malaguismo en vena. Un doblete que entra en la historia del club porque hasta este viernes sólo dos defensas habían visto puerta en dos ocasiones en el mismo partido bajo la denominación de Málaga CF.
Pero volvamos a la historia, porque como apuntó @TwistoriadelMLG antes de Juande sólo dos defensores saborearon un doblete con la camiseta del Málaga CF: Mikel Roteta y Alexis Ruano. Para rememorar el hito del primero hay que irse hasta el siglo pasado, al 6 de marzo de 1999. En aquella jornada 27, en Segunda, el Mérida asomó peligroso a La Rosaleda y provocó un partido taquicárdico. Casi idéntico al de este viernes con la salvedad de que, en aquella ocasión, el Málaga ganó. Los emeritenses ganaban 1-3 en el 66', minuto en el que Roteta hizo de cabeza el 2-3 a la salida de un córner botado por Agostinho. La Rosaleda se vino abajo, empató Rufete dos minutos después y Roteta, como Juande, se vistió de héroe a 12 minutos del final con un golazo de falta. Una remontada que fue un punto de inflexión para una temporada que terminó en ascenso.
Ya en el siglo XXI, en abril de 2006, Alexis Ruano siguió la estela de Roteta y marcó el que hasta el de Juande había sido el último doblete de un defensa malaguista. Aquel día, sin embargo, no hubo celebración especial para Alexis y sí un funeral en La Rosaleda, ya que el triunfo del Racing (2-3) certificó matemáticamente el descenso del conjunto blanquiazul. Casquero adelantó al cuadro visitante y Alexis, en cinco minutos y antes de la media hora de juego, volteó el marcador en favor del Málaga. Ya en la segunda parte, Antoñito y Juanjo remontaron y convirtieron a La Rosaleda en estadio de Segunda.