Un regreso fantasma en El Molinón
Ramón Enríquez se perdió su segundo partido consecutivo por sus molestias en el hombro derecho. El futbolista alpujarreño ha comenzado a probarse con el equipo dentro del plan conservador que está llevando a cabo para esquivar el quirófano, pero todavía no está a punto. Su viaje a Gión no estaba previsto pese a que han mejorado sus sensaciones, pero la lesión de Luis Muñoz cambió el guión. “Tuvimos una baja inesperada y tuvo que venir Ramón, pero es un jugador que no iba a salir”, explicó Pellicer tras el partido. Tal vez si el encuentro hubiera tenido otro escenario no hubiera sido mala opción que lo hiciera para forzar su quinta amarilla y volver disciplinariamente limpio cuando regrese. Pero no fue el caso.
El club está llevando su ausencia con cautela y en consenso de todas las partes. Hay un precedente cercano con el caso de Fede Ricca, que también tuvo problemas en dicha articulación y que al final tuvo que pasar dos veces por el quirófano. El corte de ambos jugadores es diferente, pero no deja de ser una zona delicada por aquello de los choques y los contactos propios de un partido. En el caso de Ramón son problemas reincidentes, pero sus sensaciones son ahora mejores y está por ver la evolución que sigue desarrollando y la decisión que se toma al respecto. Es un futbolista de vital importancia en los esquemas de Pellicer, y más en este bache de resultados a estas alturas de campeonato.
Cristo, el único filial que jugó
Ramón ocupó plaza de banquillo en El Molinón y no dispuso de minutos. De hecho, el único jugador con dorsal de filial que compitió contra el Sporting fue Cristo, que saltó al campo en el minuto 79 para suplir a Matos. Otros canteranos que viajaron y se quedaron sin jugar fueron Larrubia, Loren, Ismael Casas, Mini y el portero Dani Strindholm.