Un año desde que todo cambió en el Málaga
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Los autos que lo cambiaron todo
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VÍDEO. Así desembarcó el administrador en La Rosaleda
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Pendiente de la tasación de las acciones de Al-Thani
Hace exactamente un año, el 19 de febrero de 2020, la jueza María de los Ángeles Ruiz González dictó dos actos judiciales que supusieron un antes y un después para el Málaga CF. En ellos, apartó a los Al-Thani de la gestión del cuadro blanquiazul, les impuso una fianza de 5,4 millones y ordenó la administración judicial del club por un periodo que en su inicio fue de seis meses. Un día después estos actos vieron la luz y, ya el 21 de febrero, un desconocido hasta la fecha José María Muñoz entraba en La Rosaleda (ver vídeo superior) en una comitiva de tres coches que lideraba la policía judicial. La imagen del cambio en un Málaga que se iba a pique deportiva y económicamente. Aquel día el futuro era una hoja en blanco por escribir, una hoja que un año después cuenta con importantes capítulos escritos y otros que están aún por redactar -sigue en stand by la ansiada ampliación de capital- en los próximos seis meses (al menos) en los que el administrador seguirá al frente de la entidad.
Pero volvamos al año pasado. A ese 21 de febrero en el que el José María Muñoz entró con firmeza, despidiendo a las pocas horas al que había sido brazo ejecutor de Al-Thani en un tramo funesto para el club: Richard Shaheen. Su imagen abandonando La Rosaleda en taxi, libro en mano y recibiendo la desaprobación de Antonio Aguilera, presidente de una APA fundamental en este giro por la querella que presentó en su día, será icónica con el paso de los años. Tenía tajo el administrador, mucho, y además de despedir a Shaheen dio luz verde a la venta de Antoñín al Granada como método de supervivencia económica para el club. De no haberse traspasado al canterano el futuro hubiera sido negrísimo.
Entretanto, la figura de Al-Thani pasó a un segundo plano y las autoridades se encargaron de ello. El Málaga dejó de seguir en las redes al catarí y a sus hijos (de todos ellos aún hoy día se espera declaración) y hasta se le retiró el nombre de su rotonda. Pasos formales entre el pataleo tuitero y en forma de comunicados de Al-Thani, cuyos abogados (que ya no tiene) comenzaron a poner palos en las ruedas de la vía judicial para demorar lo inevitable. Incluso se requirió que Shaheen regresara al club como interventor del administrador. Movimientos de escaso sentido y que, en todos los casos, recibió la negativa de la jueza. Al-Thani recopiló noes como forma de vida al tiempo que despotricaba de todo lo que se le ocurría a través de las redes sociales.
Al-Thani recopiló noes judiciales como forma de vida al tiempo que despotricaba de todo lo que se le ocurría a través de las redes sociales.
Pese al ruido externo el administrador trabajó, junto a su equipo, priorizando ratificar a Manolo Gaspar y a Sergio Pellicer en la parcela deportiva. Fueron semanas de mucho trajín, en la que se conoció la ejecución de la sentencia provisional a favor de BlueBay con respecto a las acciones de Al-Thani en el Málaga, un aspecto aún por dilucidar y que es, sencillamente, esencial para el futuro. El administrador, que tardó en dejarse ver públicamente, ejecutó un plan de viabilidad austero y de muchos cambios. Dividió las parcelas del club en cuatro áreas muy concretas y acometió un ERE en las oficinas. Decisiones en muchos casos traumáticas. "Regaño cuando se dejan la luz encendida", resumió Muñoz en la segunda de sus comparecencias ante los medios -hubo una en junio y otra ya en septiembre-.
Comenzó a convivir en el día a día, viajando con el equipo, apareciendo en actos del club y ocupando una plaza del palco con asiduidad. La cronología asentó su figura, ya que la jueza prorrogó a los seis meses su cargo por otros seis más. Al-Thani, a lo lejos, vio cómo se le elevaba la cuantía de su fianza sin que diera señales de vida en suelo español. Entonces llegó el verano, convulso como pocos. El difícil planteamiento económico y deportivo conllevó una decisión inaudita en el fútbol profesional: un ERE deportivo. A través de esa vía el administrador renovó la plantilla de cabo a rabo, en comunión con el ágil trabajo de Manolo Gaspar. Clavó los tiempos que prometió, sentó un precedente hasta la fecha desconocido. Y el Málaga comenzó a fluir tras lograr la salvación. La jueza, además, le dio mando en dos de las sociedades del jeque tras fiscalizarlas y también autorizó el crédito requerido de cinco millones de euros para, como se suele decir vulgarmente, ir tirando.
El Málaga recobró la imagen perdida con las instituciones, también con LaLiga que mira con mucho menos recelo lo que pasa en Martiricos y que aún debe levantar la sanción. Pasos a mejor, como la renovación acometida por el administrador de Manolo Gaspar o el reciente relanzamiento de las obras de Arraijanal. Tocada, y a miles de kilómetros, queda la figura de un Al-Thani desde hace tiempo en un callejón de salida y al que le embargaron sus acciones -aún deben ser tasadas- y sus bienes en España. El último gran golpe desde los juzgados en un año cargado de curvas para el Málaga. El año en el que todo cambió en Martiricos.
El administrador ha hecho cosas bien pero en él área médica se ha equivocado, ha empeorado esa parcela sobre todo para la academia, es una marioneta del dr rosado que nadie aguanta en el club excepto su amigo el administrador, por cierto también se hizo amigo de Joffre y de Shaheen, así que mejor sería que rectificara en esa área porque los chavales son el futuro del club.