Alberto Quintana jugó por primera vez como titular en LaLiga SmartBank con la camiseta del Málaga CF. Y con sólo 19 años –que a veces perdemos el prisma de la realidad–. El de Villanueva del Trabuco ya había debutado en Fuenlabrada, donde salió para proteger el marcador, y también tuvo su cuota de protagonismo en una Copa del Rey en la que estuvo a buen nivel. Ante la baja de Escassi, y sin ser uno de los favoritos en las quinielas para suplir al paleño, tuvo una oportunidad soñada en Cartagena. Pellicer, que le conoce de su paso por La Academia y que ya demandó su presencia con el primer equipo la pasada temporada tras el confinamiento, prorrogó el 4-1-4-1 haciendo de Quintana su Escassi. La lástima para el canterano, que el partido se puso cuesta arriba y el técnico sacrificó su figura al descanso para buscar más mordiente. Después, en sala de prensa, le protegió, alabó y comparó con Sergio Busquets. Palabras mayores.
"Ya lo conocemos, sabemos las características que tiene. Da pena sobre todo porque tuvimos que hacer ese cambio táctico. Lo estaba haciendo bien, da mucha continuidad, tiene que seguir mejorando. Alberto Quintana es presente y futuro del Málaga porque es un perfil tipo Busquets, por ponerle una etiqueta. Es un jugador que tiene la cabeza muy amueblada. Él va consiguiendo los pasos poco a poco y estoy tremendamente contento", dijo tras el partido Pellicer, que también apostó por dos canteranos tras el descanso con la entrada de Ale Benítez, primero, y después por la de un Julio que fue decisivo asistiendo a Jozabed en el gol.
Lo cierto es que Pellicer tuvo que agitar el árbol al descanso después de una primera mitad en la que el Cartagena marcó e incluso pudo ampliar la renta en un par de ocasiones. Al descanso, además de sustituir a un desacertado Alexander, que además falló de forma muy evidente en el tanto de los de Carrión, decidió buscar algo más con la entrada de Scepovic y pasando a jugar con dos delanteros. Ahí, los galones de Luis Muñoz y Jozabed pesaron, por lo que Quintana se quedó en la caseta. No desentonó ni mucho menos el chaval, pero el curso del partido le jugó una mala pasada en una noche que difícilmente olvidará.