Alexander González y Borja Valle se reencontrarán este lunes en el NMR Carlos Tartiere después de un año que en lo personal y en lo deportivo ha tenido de todo para ambos. Comenzaron el curso en el Dinamo de Bucarest, una etapa que se cerró de la peor de las formas después de meses de impagos. El propio Alexander contó en un vídeo de forma pormenorizada los malos tiempos que le tocó vivir. Promesas incumplidas que terminaron con los dos jugadores abandonando el club rumano y, ya como jugadores libres, firmando por el Málaga CF y el Real Oviedo, respectivamente. Curiosamente, debutaron en el partido copero que midió a ambos equipos y su participación ha ido de más a menos, sobre todo en el caso del jugador venezolano.
Porque Alexander, que tuvo una buena carta de presentación, con titularidades y buenas actuaciones que le llevaron a cumplir el objetivo marcado para su renovación automática, ha ido desapareciendo poco a poco de los planes de Sergio Pellicer. De hecho, de los últimos seis encuentros sólo ha sido titular en la derrota en el campo del Espanyol, donde no estuvo especialmente acertado. Anteriormente, un par de errores que costaron goles -Cartagena y Almería- mostraron que el venezolano, incluido en la prelista de su país para la Copa América, dejó de tener las buenas prestaciones de sus primeras semanas en Málaga. Tiene contrato la próxima temporada, pero en una posición en la que el club tiene un claro overbooking con Calero, Ismael Casas y Ale Benítez, además del propio Alexander González.
Más complicada tiene su continuidad Borja Valle, al que la competencia en la zona ofensiva ha hecho que su papel en el Oviedo no haya sido el que deseaba. Ha disputado 18 encuentros, pero sólo dos como titular y no se ha estrenado de momento como goleador. Ziganda suele tirar de él en la recta final de los encuentros, eso sí, aunque promedia poco más de 25 minutos por partido. Poca chicha para un jugador que termina contrato al final del presente curso y cuyo futuro está claramente en el aire.