De la actual plantilla del Málaga CF, Pepe Mel conoce a varios futbolistas de antes: concretamente, a Juanfran Moreno, Alfred N'Diaye y Rubén Castro. Los dos últimos, además, fueron clave en el último ascenso del Real Betis, en el que el equipo verdiblanco tiró del técnico madrileño, tras cesar a Julio Velázquez en las primeras jornadas, para lograr el soñado objetivo. Eso sí, la relación entre el entrenador y el delantero siempre ha sido especial. Una unión casi paternofilial en la que ninguno de los dos ha escondido el cariño que siente hacia el otro.
No en vano, Rubén Castro es el jugador al que más partidos ha dirigido Pepe Mel, con 235 a lo largo de nueve temporadas distintas. En esos encuentros, el delantero le ha brindado a su técnico nada menos que 126 goles y 27 asistencias de gol, que han valido ascensos, permanencias e incluso una clasificación para la UEFA Europa League.
Desde 2009, que lo dirigió por primera vez en el Rayo Vallecano, hasta 2020, que se despidió de él en la UD Las Palmas con un doblete y una asistencia en Extremadura, pasando, como decíamos, por el Real Betis. Entre medias, claro, media vida juntos en el Benito Villamarín. El que lleven a cabo en Martiricos será el cuarto baile que ambos disfrutarán juntos.
Buscando en la hemeroteca, nos hemos encontrado unas palabras del delantero en el Betis que son extrapolables a la situación actual del Málaga.
En una entrevista con ElDesmarque en 2015, Rubén Castro admitía el afecto que ambos se guardaban. "Broncas así fuertes nunca me ha echado. Me corrige mucho, porque es normal, y a veces el tono de voz es un poco más alto, pero broncas no me ha echado. Hablamos siempre bien el uno del otro porque entre los dos nos llevamos muy bien. Él me conoce ya bien, sabe mi forma de ser y mientras yo le responda en el campo va a ser así hasta el final", admitía.
Pero aquí llega lo interesante. Al canario le preguntábamos por su confianza en el técnico para sacar adelante al Betis en una situación complicada. Su respuesta fue muy clara: "No, yo no dudo. Los demás no lo sé, pero creo que él es el indicado. Ya se comprobó que cuando lo destituyeron... Mira, aquí está otra vez. (...) Creo que es el perfecto para entrenar al equipo", afirmó con rotundidad.
No sin antes insistir, de nuevo, en su grandísima amistad. "Los dos vamos a hablar bien porque siempre, en estos años, él me ha dado confianza de jugar siempre y yo le he dado esa confianza a él con goles, con hacer todo lo posible para que el equipo gane... Tengo una relación buena y muy sana".
Sea como fuere, ahora ambos se reencontrarán en el Málaga. De goles y ascensos saben un rato, y ahora todos anhelan que esa sinergia entre ambos vuelva a dar sus frutos, aunque esta vez en La Rosaleda.