Unas protestas masivas de la afición del Málaga que darán la vuelta a España
La tregua estuvo vigente durante las últimas jornadas en que la esperanza lo inundaba todo en el Málaga. El sí se puede fue efímero. Duró hasta que el fin de semana pasado se firmó el principio de defunción con la derrota en Ponferrada. Y la tregua viró a tensión, hastío y necesidad de desahogo contra un club que ha fracasado con todas las letras... una vez más. Y esta vez, en mayúsculas y en negrita.
Por ello, un gran sector de la afición, compuesto por Fondo Sur 1904, Frente Bokerón, Malaka Hinchas y la Federación de Peñas Malaguistas ha liderado este sábado una jornada de protestas por la gestión del club a lo largo de la presente temporada, aunque la herida de muerte empezara a gestarse desde la pasada. Miles de malaguistas se han congregado en la recta de tribuna desde las 20:00 horas, sesenta minutos antes de que rodara el balón en el Málaga-Mirandés de la jornada 40, para alzar la voz y movilizarse "por el escudo" al grito de "¡Málaga somos nosotros!".
Málaga es actualmente uno de los focos mediáticos del fútbol español, allí donde medios de alcance nacional como Mediaset España miran atentamente y con incredulidad, preguntándose cómo es posible que un equipo forjado "para ascender" esté en esta situación. "Jugadores, mercenarios", "Amo a este club, amo a esta camiseta, los mercenarios se tienen que marchar" y "Manos arriba, esto es un cortijo" fueron algunas de las expresiones que se oyeron en dicha concentración.
Fue un acto de protesta pacífico, aunque con cánticos y pancartas con mensajes críticos hacia varios de los señalados como culpables por muchos aficionados, que van desde el exdirector deportivo Manolo Gaspar hasta el administrador judicial, José María Muñoz, sin olvidar a jugadores, otros estamentos del club como el de comunicación o marketing o ciertos sectores de la "prensa local".
Como se puede ver en el vídeo que encabeza este artículo, el Fondo Sur 1904, a través de su portavoz, leyó un comunicado denunciando la situación del club y pidiendo una limpia del mismo para empezar a remontar "la ruina" que ha está llevando al Málaga "al fútbol de barro". Jóvenes con lágrimas en la mejilla, gritos de rabia al viento y caras de decepción, hartazgo e impotencia imperaron antes de que La Rosaleda empezara a fluir en sus gradas, con pitos hacia casi todos los jugadores y ambiente frío, helado, de no tener nada que celebrar y mucho que reivindicar.
