Málaga, capital del regate: dos malagueños lideran una estadística en LALIGA y Primera RFEF
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Los números evidencian que son los jugadores más desequilibrantes de sus equipos
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Son amigos y fueron rivales muchas veces en el fútbol base malagueño
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Bryan y Kevin, dos chicos de barrio nacidos en Málaga en 2001
El 4 de diciembre y el Llano de La Trinidad están a unos diez minutos en coche de distancia. Eso yendo sin prisa. Dos barrios que vieron crecer a dos zagales que siempre iban con una pelota bajo el brazo, que fantaseaban con dedicarse profesionalmente a regatear defensas y marcar goles. Dos chavales nacidos en 2001. Uno es el chico de moda en LALIGA con el Granada y en la selección, el otro es uno de los talentos llamados a liderar el resurgir del Málaga: Bryan Zaragoza y Kevin Medina.
Dos jugadores con amores platónicos comunes: el regate, la finta y el desborde. Guardando las distancias y cada uno en su contexto, hay muchas cosas en común entre ambos extremos malagueños. Como por ejemplo, que son amigos que dio el balompié y que fueron rivales muchas veces en el fútbol base, como puede apreciarse en la foto que encabeza este texto. La de Bryan Zaragoza es una historia de calle, la de Kevin también tiene trazas de barrio.
Las estadísticas evidencian que son los jugadores más desequilibrantes de sus equipos. Bryan Zaragoza lidera la tabla de regates y uno contra uno en LALIGA EA Sports con 75, por delante de Sávio (70), Lamine Yamal (62), Nico Williams (58) y Rodrygo (57). Kevin es el mejor de Primera Federación en este mismo apartado con 81, superando a Loren Burón (Antequera, 61), Hugo Álvarez (Celta 'B', 59), Pablo Sáenz (Recreativo Granada, 58) y Alfon González (58, Celta 'B').
En la actualidad, sus caminos son tan paralelos como dispares. Bryan goza del mejor momento de su carrera en Primera División y habiendo debutado en La Roja y, por su parte, Kevin vive un segundo capítulo en el equipo de su corazón después de salir cedido el año pasado a la primera división de Portugal. En un fútbol cada vez más cosificado y táctico, vuelven a ser una bendición para sus clubes por no perder su esencia. Jugadores de encarar, con desparpajo y sin miedo al fracaso. Una pesadilla para los laterales rivales.