Genaro, soldado caído a cinco días de la final
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Una contusión en el talón priva al sevillano de comenzar la semana de entrenamientos con el resto de compañeros
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Su redención esta temporada, un ejemplo para todo futbolista
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Aviso amarillo con Roberto y Nelson Monte
Los contratiempos han dejado de dañar al Málaga en las últimas semanas, pero el fantasma de las lesiones siempre está preparado para reaparecer. Si la semana pasada Pellicer tuvo que cuidar al detalle el estado físico de Roberto por una sobrecarga, este lunes es Genaro Rodríguez el primer jugador ausente en el arranque de la semana de entrenamientos más importante hasta el momento.
El centrocampista sevillano tiene una contusión en la región interna del talón del pie derecho y "queda pendiente de evolución", informa el club. No es nada por lo que preocuparse en demasía, pero sí mantiene alerta al jugador y a su técnico, que tratará de que no fuerce en estos días para llegar a tiempo a la cita de este sábado contra el Gimnàstic de Tarragona en la ida de la final por el ascenso.
El Málaga, tras la fiesta del sábado y la resaca emocional del merecido domingo de descanso, ha regresado este lunes a la rutina en La Rosaleda. La sesión ha sido vespertina, ha arrancado a las 18:00 horas y ha tenido dos grupos. Los titulares del choque ante el Celta Fortuna han realizado labores de descarga y el resto de la plantilla ha trabajado con balón.
Moussa, todavía recuperándose de su lesión de tobillo, ha regresado a la dinámica de grupo de manera parcial. Ramón y Haitam siguen con sus procesos de recuperación. Juan Hernández acumula entrenamientos y podría tener participación en la ronda final. El estado del talón de Genaro se irá valorando en estos cinco días que restan para el vital encuentro ante los tarraconenses (sábado, 20.30 horas).
El sevillano es un jugador fundamental en el esquema del Málaga, una pieza inamovible en la posición de pivote junto a Manu Molina. Ha sido titular en 32 de los 37 partidos en lo que ha participado, sumando cuatro goles en liga regular y otro en la ida ante el Celta Fortuna, un cabezazo inapelable para el empate a uno. Su liderazgo también es digno de mención y se ejemplifica en el brazalete, que lo ha portado en los partidos de play off y otros tantos durante la temporada.
Se ha ganado la confianza de Pellicer desde el inicio y también el respeto de la afición después de haber sido uno de los jugadores más señalados tras el descenso de categoría. Logró cambiar su estatus y ahora espera mantenerse al tope físico en el momento más decisivo de la campaña. De momento, tocará esperar y no forzar.