Un baile en la mediapunta con dificultades para cuadrar

Arranca enero, arranca el mercado de fichajes y arranca, como se esperaba, el baile de nombres y rumores alrededor del Sevilla. Las últimas horas en Nervión han estado marcadas, más allá de las negociaciones por Agoumé, por el interés extranjero por dos mediapuntas como son Óliver Torres y Suso. El baile, tan esperado como difícil de cuadrar.

El primero en aparecer en portadas fue Suso. Según diversas fuentes, bailando con la información llegada desde Francia, el Marsella estaría interesado en su contratación e incluso, con el entorno del futbolista, las primeras conversaciones ya se habrían dado.

El gaditano, desde que llegase bajo el brazo de Julen Lopetegui en el invierno de hace algunos años, aún continúa buscando la regularidad suficiente para triunfar en Nervión, y aunque su nombre -como el pasado invierno con Sampaoli- ha estado cerca de salir, ni el jugador ni el club lo han puesto demasiado fácil.

El Sevilla pagó alrededor de 20 millones por él hace ahora tres años y aunque su valor ha caído en picado (según Transfermarkt ahora está en cinco kilos), en la entidad saben que si Suso está al nivel, es uno de los mejores de la plantilla.

Quique Sánchez Flores no tiene jugador semejante a él y es, casi, de los pocos que tiene la capacidad y la valentía para romper líneas con pases en profundidad. Encontrar un futbolista de su perfil en invierno cuesta mucho (en análisis y precio), por lo que parece realmente complicado que abandone el Sánchez-Pizjuán en estas semanas.

Óliver Torres, Turquía y sus últimos meses de contrato

Suso, sin embargo, no ha sido el único en ser relacionado con algún equipo en las últimas horas. Según informaba AS, el Besiktas está muy interesado en su contratación e incluso ya habría iniciado conversaciones con el entorno del futbolista.

Óliver Torres termina contrato el próximo mes de junio y aunque Quique le ha dado protagonismo en los dos últimos encuentros, en el Sevilla no verían con malos ojos recoger algo de cash por él.

El problema, como ha sucedido en los últimos mercados, es que Óliver no está dispuesto a regalar su destino. El jugador sabe que, de una manera u otra, suele estar en los planes de sus entrenadores, en Sevilla está asentado y tras jugar en clubes como Atlético de Madrid, Porto o el propio Sevilla, a sus 29 años aún es pronto para bajar el nivel.

Por si fuese poco, como todos conocen, en junio podrá conseguir una prima de fichaje que ahora tendría que compartir con el Sevilla, por lo que, a menos que cambie demasiado la situación o llegue una oferta irrechazable en invierno, el jugador no parece dispuesto a salir de Nervión en este primer mes de 2024.