Un lugar para los descartes del Sevilla
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Jordán, Mariano, Dmitrovic, Acuña, Nianzou...
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El mal año de muchos jugadores les resta atractivo
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Los tres puntos claves de Orta en su segundo proyecto en el Sevilla
Aún quedan importantes partidos por delante pero Víctor Orta ya ha comenzado a trabajar. El director deportivo del Sevilla ya ha empezado a pensar en las primeras bases de su segundo proyecto en Nervión y aunque aún quedan muchos puntos por definir, lo que sí parece claro es que habrá varias salidas. Para ello, la dirección deportiva deberá trabajar en encontrar un lugar para los descartes.
Ya el pasado año, Víctor Orta tuvo que optar por algunas rescisiones de contrato, como la de Idrissi o la del Papu, para liberar fichas y masa salarial. Este recurso fue casi una obligación al no encontrar acomodo, ni por rendimiento, ni por salario, a algunos de sus descartes. Este curso, la historia, parece, podría volver a repetirse.
Figuras como Joan Jordán, Nianzou, Rafa Mir o Dmitrovic parece evidente que abandonarán el Sánchez-Pizjuán, pero lo complicado no será elegir si siguen o no, sino encontrarles acomodo.
Algunos, como el ex del Eibar, lleva varios cursos sin rendir y su salario no es precisamente bajo, por lo que parece que será complicado encontrar un nuevo equipo sin perder en lo económico.
Hay casos como el de Nianzou con una inversión muy alta detrás, que, posiblemente, se solucionarán con algún tipo de cesión esperando que se revaloricen en el mercado.
Futbolistas como Suso, Januzaj o Acuña, si salen, no se le podrá buscar beneficio en la venta, por lo que habrá que esperar únicamente a librarse de sus altas fichas, permitiendo inscribir nuevos jugadores y tomar oxígeno a la entidad. Y para esto, ellos deberán ceder.
La situación no se antoja sencilla para un Sevilla que ya sabe que deberá reestructurar su presupuesto de forma considerable, que no tendrá el cartel europeo para ingresar y que, por si fuese poco, necesita hacer un equipo competitivo que le permita estar mucho más cómodo en la clasificación.
Mucho trabajo por delante, muchas gestiones complicadas y un verano que promete ser apasionante para Víctor Orta y su dirección deportiva.