El futuro nos lo devolverá
Algo ha cambiado. Hace 22 días llegué a Francia para seguir de cerca el paso de la selección femenina de fútbol en el Mundial 2019. Quería demostrar que el fútbol femenino estaba más vivo que nunca y que el suelo francés se presentaba como la oportunidad para reivindicar el gran crecimiento del fútbol femenino en los últimos años.
No había mejor lugar que esta tierra de la Liberté, Égalité, Fraternité para dar un paso agigantado hacia la igualdad. Y la selección lo hizo. La tierra de la gran revolución se presentó para nuestro fútbol femenino como la gran oportunidad de demostrar que está trabajando duro para llegar a estar dentro de la élite mundial.
España dejó sus credenciales para en un futuro, no muy lejano, demostrar que puede estar entre las mejores. Ya se rindió Hope Solo: "España ha tenido un ritmo increíble de crecimiento en el juego de las mujeres por todo su país. Espero que en la próxima Copa del Mundo en 2023sea la oportunidad de España para que, de verdad, gane este torneo".
Cualquiera que haya seguido de cerca esta selección en el Mundial de Francia puede ver la proyección que tiene este equipo. Con posesión, táctica y trabajo han conseguido hacer historia. Han conseguido su primera victoria y pasar a octavos en una cita mundialista, pero los méritos de la selección van mucho más allá.
Se trata de lo que no está escrito sobre el papel. De lo que se ha podido ver incluso en esos partidos en los que han perdido. Ha mirado de frente a las grandes favoritas del torneo, ha jugado sin complejos y ha llegado a mejorar su versión frente a sus rivales de entidad.
Me vuelvo con el gran orgullo de haber estado cerca de un equipo que ha luchado hasta el final, que se ha dejado la piel y que ha hecho vibrar a un país entero. Estoy segura de que el futuro nos lo devolverá.