50 horas de viaje
No hace mucho, Portugal y España organizaron una candidatura conjunta para un Mundial. La cosa no fue bien. La prueba es que estamos en Sochi, y no en Madrid o Lisboa. Algo que estaba destinado al éxito, que tenía todo el sentido del mundo viendo cómo la FIFA se está manejando en los últimos tiempos, fracasó porque no se montó bien, pero lo cierto es que mola más esto, viajar hasta 5.500 kilómetros para ser los europeos que más horas han tenido que echar hasta llegar a su destino durante este torneo. Ambos, españoles y portugueses.
Y aún buen rollo, muy buen rollo. Eso lo he vivido todo el día en Sochi. Si había que beber, cantar, hacerse fotos o bromear con cualquier cosa, ahí estaban los ibéricos para hacerlo juntos, sin problemas, como debería ser en todos los casos. No somos de las aficiones más numerosas en el torneo, somos más de nuestros equipos que de nuestras selecciones, pero los rusos, y todos aquellos que se mezclan con nosotros, están encantados. Mexicanos, colombianos, argentinos, serbios... todos los que estaban en Sochi iban un poco más con nosotros, disfrutaban de nuestras cosas.
El partido ha sido un espectáculo. Nos hemos sobrepuesto a todo menos a Cristiano, que ha hecho un partido sublime, en plan líder, capitaneando a un combinado inferior al nuestro pero que tiene un buen entrenador, tres o cuatro futbolistas que se las saben todas y un goleador de época. Con el empate a tres nos han complicado la vida, pero no debemos tener problemas para ganarle a Irán. El primer puesto del grupo estará en siete puntos y puede que dependiente del golaverage. Ahí estará la pelea. Debemos sacarlo adelante.